Venezuela ha acusado a un grupo de gobiernos y poderes extranjeros de intentar intervenir en su proceso electoral y socavar su derecho a la autodeterminación y soberanía, según un comunicado del canciller Yvan Gil. El gobierno venezolano asegura que las elecciones se llevan a cabo con libertad y transparencia, y ha denunciado los intentos de la oposición de desestabilizar el orden.
El comunicado señala que los mismos que reconocieron a un títere en 2019 están tratando de imponerlo nuevamente en 2024, pero afirma que esta miserable y desesperada operación está condenada al fracaso, ya que Venezuela es un país libre y soberano.
El Consejo Nacional Electoral CNE ha informado que en el proceso electoral participan 1.300 veedores internacionales y nacionales, incluyendo expertos de la Organización de las Naciones Unidas y el Centro Carter.
La acusación de intervencionismo se produce en medio de tensiones en América Latina, donde Venezuela ha acusado a Argentina de asediar su embajada. Un total de 15.797 centros de votación y 30.026 mesas fueron habilitados para la jornada electoral del domingo, con unas 21.321.783 personas inscritas en el registro electoral permanente del país.
Es importante destacar que el derecho al voto es un derecho fundamental en cualquier democracia y que cualquier intento de socavarlo debe ser condenado. Asimismo, las acusaciones de intervencionismo y asedio deben ser investigadas a fondo para garantizar el respeto a la soberanía y la integridad territorial de los países involucrados.