Desde hace varias semanas, la atención política en Estados Unidos se ha centrado en la candidata demócrata a la vicepresidencia, Kamala Harris, quien asumió la postulación después de que el presidente Joe Biden cediera a las presiones internas para buscar la reelección. Sin embargo, ha llamado la atención la falta de propuestas claras en su campaña.
Harris ha sido criticada por centrar sus discursos en las críticas a su adversario republicano, Donald Trump, y en la reivindicación del derecho al aborto, pero sin profundizar en sus ideas y plan de gobierno en caso de ganar las elecciones. Incluso, su página web oficial no contiene ninguna sección dedicada a su plataforma electoral.
Según el diario The New York Times, esta falta de propuestas es una estrategia deliberada del equipo de asesores de Harris, quienes le han recomendado no ser demasiado específica para evitar ser vulnerable a los ataques de los republicanos y no perder el apoyo de grupos empresariales que podrían querer financiar su candidatura.
Sin embargo, esta estrategia ha sido cuestionada por analistas y medios cercanos al Partido Demócrata, como la revista New Yorker, que consideran que la falta de precisiones sobre temas relevantes como el conflicto entre Israel y Palestina, el aumento de la inmigración ilegal en EEUU, y su agenda económica, no es beneficiosa para los votantes.
El éxito de la campaña de Harris se debe, en parte, a que ha logrado presentarse como la novedad y no hacerse cargo de las políticas fallidas del gobierno de Biden, según el analista internacional Samuel Losada. Además, la ventana para hacer campaña se ha acortado y Harris ha limitado su contacto con la prensa, lo que le permite mantener esa vaguedad hasta el día de las elecciones.
Esta tendencia a la evasión y la falta de respuestas a los problemas de fondo no se limita a la política de EEUU, sino que es un fenómeno cada vez más visible entre los políticos occidentales, según Losada. El analista observa que los candidatos evitan hablar de soluciones porque no pueden o no saben cómo darlas, y recurren a temas menores o a evitar esas temáticas para no quedar mal.
En definitiva, la falta de propuestas claras en la campaña de Kamala Harris refleja una tendencia en la política occidental a evitar hablar de soluciones y a centrarse en temas menores o en atacar al adversario, lo que exhibe un desprecio a los votantes y una falta de confianza en la capacidad de los políticos para mejorar la vida de los ciudadanos.