En Inglaterra y Gales, el número de divorcios en 2022 alcanzó la cifra de 80.057, lo que representa una disminución del 30% con respecto al año anterior y el nivel más bajo desde 1971. Esta disminución se produjo a pesar de la reforma histórica de las leyes de divorcio de 2020, que simplificó el proceso de separación a petición de un solo cónyuge.
Sin embargo, el porcentaje de adultos que se declaran bastante o extremadamente infelices con su relación ha aumentado hasta el 6%, el nivel más alto desde 2014, según datos de la Oficina de Estadísticas Nacionales del país. Esta tendencia es sorprendente si se considera que el Reino Unido está experimentando su peor episodio de inflación en décadas, lo que ha reducido los ingresos de los hogares y aumentado el costo de la vida, desde las facturas de energía hasta los alimentos y el alquiler.
Algunos expertos sugieren que la inflación podría estar detrás del aumento de las parejas que permanecen juntas a pesar de los problemas en su relación. De hecho, una encuesta realizada por Stowe Family Law reveló que más del 30% de las 500 personas encuestadas seguían con sus parejas porque no podían permitirse mantenerse solos. Los encuestados mencionaron problemas relacionados con el aumento de las facturas de servicios públicos y alimentos, y preocupaciones de no poder mantener su estilo de vida actual.
La inflación ha tenido un gran impacto en la economía británica y ha sido una de las principales razones detrás del bajo nivel de aprobación del ex primer ministro británico, Rishi Sunak, y la pérdida de poder de los conservadores en unas elecciones anticipadas. A día de hoy, la inflación en el país sigue por encima del objetivo del 2%, mientras que la economía británica solo logró un crecimiento del 0,6% en el primer trimestre de 2024, tras una breve recesión técnica.
En resumen, a pesar de la disminución en el número de divorcios en Inglaterra y Gales en 2022, la infelicidad en las relaciones ha aumentado, y la inflación podría estar detrás de la decisión de muchas parejas de permanecer juntas. La economía británica sigue luchando por recuperarse de los efectos de la inflación y la recesión técnica.