Mohammad Baqer Qalibaf, actual presidente del Parlamento iraní, ha declarado recientemente que tomar venganza por la muerte de Ismail Haniya, dirigente del movimiento islamista Hamás, es una obligación tanto religiosa como patriótica.
En un discurso pronunciado en Teherán, Qalibaf expresó su profundo pesar por el fallecimiento de Haniya y subrayó la necesidad de honrar su memoria y su legado. Para ello, considera que es esencial buscar justicia y castigar a los responsables de su muerte.
No obstante, cabe señalar que las declaraciones de Qalibaf no especifican quiénes son los autores del supuesto crimen ni cuál sería el método adecuado para llevar a cabo dicha venganza. En este sentido, resulta fundamental recordar la importancia de respetar los principios de la legalidad y la justicia, así como de evitar caer en la espiral de la violencia y la confrontación.
En definitiva, aunque es comprensible la necesidad de honrar la memoria de los líderes y activistas caídos, resulta imprescindible hacerlo mediante la promoción del diálogo, la tolerancia y el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales. Solo de esta manera podremos construir una sociedad más justa y equitativa, en la que todos tengamos cabida y podamos vivir en paz y armonía.