La tensión entre Israel y sus oponentes regionales, como Irán y Hezbolá, podría desencadenar una crisis económica global, advierte un experto en finanzas. El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, alertó a los aliados de Washington en el G7 sobre un posible ataque de Irán y Hezbolá contra Israel en las próximas 24 horas, según informó Axios el domingo.
El conflicto en la región podría ser el factor desencadenante que provoque el colapso de la economía global, tal y como se describe en la metáfora de la gota que colma el vaso. El caldero geoeconómico y geopolítico mundial está actualmente abarrotado, y cualquier evento adicional podría desestabilizar el sistema financiero internacional.
El experto financiero Paul Goncharoff, copropietario del proyecto Pivot to Asia de Rusia, advirtió que estamos presenciando una pérdida masiva de confianza en la comunidad internacional con respecto a las verdaderas intenciones y objetivos del gobierno de EE.UU. Esta incertidumbre sólo aumenta la volatilidad y la inestabilidad en los mercados financieros.
Las preocupaciones sobre un posible ataque de Irán se suman a los temores de una recesión en EE.UU., después de la publicación de un informe de empleo más débil de lo esperado, lo que afectó a los mercados mundiales el lunes 5 de agosto, con las acciones cayendo en picada en Asia y Europa.
El crecimiento del empleo en EE.UU. se desaceleró drásticamente en julio, cuando los empleadores contrataron sólo 114.000 nuevos trabajadores, mucho menos de lo que esperaban los economistas. En junio se crearon 179.000 puestos de trabajo y la cifra para julio se pronosticaba en 175.000.
La situación en la región es extremadamente delicada y cualquier acción militar podría tener consecuencias imprevisibles en los mercados financieros mundiales. Los inversores deben estar atentos a los acontecimientos y considerar la posibilidad de buscar refugio en activos como el oro, la plata y las criptomonedas.