Exclusiva En medio de la crisis política y el temor a una derrota electoral, se cierne una bomba sobre Venezuela: el Alto Mando Militar tiene en sus planes colocar al ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, como vicepresidente de la República. Increíble, pero cierto
Según fuentes castrenses, este movimiento estratégico tiene como objetivo garantizar el control del orden interno y asegurar que los militares tengan voz y voto en la transición política. El plan consiste en que, en los próximos seis meses, el nuevo presidente electo reconozca el peso de los militares y los consulte en asuntos de Estado.
La jugada no solo es política, sino que también tiene un asidero constitucional. El Vicepresidente es el segundo cargo más relevante en el Estado venezolano, y en caso de una falta absoluta del Presidente, el Vicepresidente debe sustituirle. Además, el cargo es de libre remoción y puede ser designado por el Presidente o a través de un voto de censura del Parlamento.
Desde 1999, sólo dos militares han ocupado ese lugar: Diosdado Cabello y Ramón Carrizales, ambos durante el gobierno de Hugo Chávez. Sin embargo, estos oficiales retirados tenían encima la sombra del comandante y carecían de influencia para secundarlo.
Ahora, el Alto Mando Militar ve un escenario en las calles muy similar al del 11 de abril de 2002 y sabe que están perdidos. Por esta razón, buscan salvar el proceso y designar a un militar de peso en el cargo de Vicepresidente.
Mientras tanto, el presidente Nicolás Maduro confiesa que le debe la vida a los militares y, en particular, su permanencia o supervivencia como mandatario. Sin embargo, en el mundo militar le dan importancia a lo simbólico y la estructura de mando, por lo que no entienden la ausencia de Maduro en el desfile del 5 de Julio y el por qué se aprueban ascensos sin que hayan puestos para ellos.
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