En la sierra de Chihuahua, un sentido homenaje rememora la trágica muerte de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora a manos de un sicario. Durante dos años consecutivos, la música y las danzas rarámuri han llenado de esperanza y consuelo a la comunidad de Cerocahui, afectada por la violencia del crimen organizado.
Los padres Gallo y Mora, como cariñosamente eran conocidos, fueron asesinados a sangre fría frente al altar de su iglesia, un acto que ha conmocionado a la región y ha llevado a los obispos de la zona a pedir justicia y a solidarizarse con la comunidad. Nuestro corazón está indignado e inquieto, no podemos aceptar la muerte de ellos. Su sangre clama justicia al cielo, declaró Jesús Alemán Chávez, obispo de la región Cuauhtémoc-Madera.
La tradición rarámuri exige tres años de rituales para alcanzar el consuelo tras una pérdida, pero en este caso, la amenaza constante del crimen organizado ha impedido que este proceso se desarrolle plenamente. La situación es muy difícil y peligrosa, y el miedo es algo que siempre está presente, explicó José Méndez Alcaraz, Socio del Provincial de la Compañía de Jesús.
A pesar de ello, la comunidad rarámuri ha decidido honrar a los sacerdotes con danzas tradicionales como la matachín, que entierra el mal, y la pascole, que celebra la vida. Estas danzas, acompañadas de música de guitarra y violín, se han replicado en varias ocasiones dentro de la iglesia, durante la misa en honor a los sacerdotes, a la que asistieron familiares de las víctimas.
Javier siempre estaba activo, contento y con ganas de fortalecer las pequeñas comunidades en las parroquias y diócesis, recordó el obispo de la Tarahumara, Juan Manuel González. Tenía una chispa que lo caracterizaba, siempre dejaba una broma o anécdota que hacía que se quedara en esa comunidad, no físicamente, sino afectivamente.
La muerte de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora ha dejado una herida abierta en la comunidad de Cerocahui, pero la música y las danzas rarámuri han servido como un recordatorio de la esperanza y el consuelo que pueden traer incluso en los momentos más difíciles.