Noticia explosiva: Un asesino violento, Ramón Ángel Abregú (70), logró escapar de la cárcel en 2001, después de ser condenado por el brutal asesinato de su esposa embarazada, Eva Azulina Falcón, y evadirse durante 22 años. Abregú cometió el crimen en enero del 2000, en una clínica de Río Grande, donde disparó a su esposa en cuatro ocasiones, dejándola sin vida. Desde entonces, se mantuvo oculto hasta que, recientemente, se entregó voluntariamente.
Sin embargo, la justicia no está de acuerdo. Los jueces de la Cámara de Apelaciones de Río Grande han declarado la prescripción de la causa contra Abregú por el crimen de fuga, lo que podría implicar la impunidad del asesino. Sin embargo, esta decisión está siendo apelada en la última instancia ante el Superior Tribunal de Justicia de la provincia.
El crimen de Eva Falcón causó una gran conmoción social en Tierra del Fuego. Abregú estaba provisoriamente separado de su esposa, pero se acercó a ella con la intención de reconciliarse. El día del crimen, Abregú acudió al domicilio de Falcón y la atacó con un arma de fuego. La mujer logró escapar con una herida y se refugió en la sala de guardia de la clínica Cemep, pero su agresor la alcanzó y la remató con cuatro disparos más.
Los familiares de Falcón ya no residen en Tierra del Fuego y no se presentaron como querellantes en el expediente, por lo que no se conoce su postura sobre el asunto. Sin embargo, el fiscal mayor de Río Grande, Martín Bramatti, ha argumentado que la sentencia contra Abregú a 20 años de cárcel no estaba firme al momento de su fuga y que, por lo tanto, no se pudo comenzar a contar el período de prescripción. Además, Bramatti postula que Abregú cometió un nuevo delito al fugarse en 2001, ilícito que se siguió cometiendo hasta que se entregó a las autoridades.
La decisión de la Cámara de Apelaciones busca seguridad jurídica, pero, según Bramatti, lo que realmente buscamos es justicia. La sentencia de la Cámara está pendiente de ser firmada, y solo entonces Abregú podría recuperar la libertad. Por ahora, el asesino sigue preso.
Este terrible crimen ocurrió antes de que el paradigma judicial contemplara la visión de género respecto del homicidio en perjuicio de una mujer mediando una situación de violencia, y tampoco se consideró el agravante por el vínculo entre el victimario y la víctima. Es por ello que el asesino no fue condenado por "femicidio" sino por "homicidio simple".