Adriano Leite, exfutbolista brasileño de 42 años conocido por su etapa en el Inter de Milán durante la década de 2000, se encuentra en una difícil situación debido a su adicción al alcohol, la cual comenzó cuando tenía 14 años en una fiesta en su comunidad. A pesar de la oposición de su padre, quien había perdido a su propio padre a causa del alcoholismo, Adriano probó el alcohol y desde entonces ha luchado contra esta adicción.
Adriano ha hablado abiertamente sobre su infelicidad durante su carrera futbolística y los traumas familiares que lo han afectado, incluyendo la muerte de su padre cuatro años antes de su llegada al fútbol europeo. A pesar de su éxito en el fútbol, Adriano ha dicho que ser una promesa no cumplida es el mayor desperdicio del fútbol.
En una reciente entrevista, Adriano habló sobre su adicción al alcohol y cómo comenzó a beber a una edad temprana. Tenía 14 años y en nuestra comunidad todos estábamos de fiesta. Había mucha gente, samba, gente yendo y viniendo. En aquella época, yo no era bebedor. Pero cuando vi a todos los chicos haciendo sus cosas, riéndose, dije aaaahhhh. Tomé un vaso de plástico y lo llené de cerveza. Aquella espuma amarga y fina que bajaba por mi garganta por primera vez tenía un sabor especial. Un nuevo mundo de diversión se abrió ante mí, dijo Adriano.
La muerte de su padre y la adicción al alcohol no fueron los únicos desafíos que enfrentó Adriano durante su carrera futbolística. A pesar de su éxito en el fútbol europeo, Adriano luchó contra la tristeza y la soledad, y recurrió al alcohol como una forma de escape. Me sentía como una mierda. Para Navidad, fue a casa de Clarence Seedorf y llamó a su mamá por teléfono: Hijo mío Te extraño. Feliz Navidad. Todos están aquí, el único que falta eres tú, respondió. Me puse a llorar de inmediato. Estaba destrozado. Agarré una botella de vodka. Bebí toda esa mierda solo. Lloré toda la noche. Me desmayé en el sofá porque bebí mucho, dijo Adriano.
A pesar de los esfuerzos de entrenadores como Roberto Mancini y José Mourinho, y del presidente Massimo Moratti, Adriano no pudo superar su adicción al alcohol y tuvo constantes recaídas. No pude hacer lo que me pidieron. Me mantuve bien durante unas semanas, evité el alcohol, me entrené como un caballo, pero siempre había una recaída. Una y otra vez. Todo el mundo me criticaba, no podía soportarlo más, dijo Adriano.
Hoy en día, Adriano sigue luchando contra su adicción al alcohol y encuentra consuelo en su favela natal, Villa Cruzeiro, donde puede estar en paz y recordar su infancia. Es un lugar muy peligroso. La vida es dura. La gente sufre. Si me detengo a contar todas las personas que conozco que han fallecido de forma violenta, estaríamos aquí hablando días y días. Aquí camino descalzo y sin camiseta, solo con pantalones cortos. Juego al dominó, me siento en la acera, recuerdo mis historias de infancia, escucho música, bailo con mis amigos y duermo en el suelo. Veo a mi padre en cada uno de estos callejones. Qué más quiero, dijo Adriano.,