La semana pasada, en la Asamblea General de la ONU, el presidente de Argentina, Javier Milei, cuestionó la dirección que ha tomado la organización y rechazó el Pacto del Futuro, firmado el domingo anterior. Milei argumentó que la ONU ha abandonado su misión original y ahora intenta imponer políticas colectivistas a los estados soberanos.
Durante su discurso, Milei también criticó la Agenda 2030, calificándola como un programa de gobierno supranacional de corte socialista que amenaza la soberanía de los Estados nación. Además, el presidente argentino abordó la situación del Consejo de Seguridad, señalando que ha perdido su esencia y se ha desnaturalizado al usar el veto para proteger intereses particulares de algunos países.
En cuanto a la relación entre las políticas de gobernanza global y los organismos de crédito internacional, Milei dijo que se ha creado una relación tóxica en la que se exige a los países más relegados que comprometan recursos en programas que no necesitan, convirtiéndolos en deudores perpetuos para promover la agenda de las élites globales.
En su lugar, Milei ha enfatizado que la Argentina está en medio de un proceso profundo de cambio, donde la defensa de la libertad y la protección de los derechos inalienables de los ciudadanos son prioritarios. En un llamado a la comunidad internacional, el gobernante argentino abogó por la libertad de expresión, de culto y de comercio, y pidió a otros países unirse a esta causa.
Como resultado de estas posturas, Argentina ha decidido distanciarse del pacto de la ONU y se ha convertido en el único país en desmarcarse de este consenso global. La canciller argentina, Diana Mondino, destacó la voluntad del país de trabajar en un marco de libertad y criticó el hecho de que varias propuestas del pacto no se ajustan a los intereses nacionales.
En lugar de adherirse al Pacto Digital de la ONU, el gobierno de Milei prefiere una filosofía de libertad económica y cuestiona varios elementos del Pacto relacionados con la intervención estatal y el enfoque progresista de la ONU. En su lugar, el gobierno argentino busca un camino que resalte su compromiso con la soberanía nacional, priorizando el crecimiento económico basado en la libertad de mercado por encima de los convenios internacionales.,