El Gobierno de Javier Milei experimentó una semana complicada en el ámbito legislativo, ya que el Congreso anuló un decreto presidencial por primera vez desde el retorno de la democracia en 1983. El decreto en cuestión buscaba aumentar los fondos reservados para la Secretaría de Inteligencia del Estado SIDE, pero despertó resistencia debido a que estos recursos no rinden cuentas y han sido históricamente sospechosos de ser utilizados en maniobras espurias.
La anulación del decreto representa un revés significativo para el Gobierno, ya que el Senado rechazó la medida con 49 votos contra 11, demostrando una clara oposición a la propuesta. Además, en la misma sesión, los senadores aprobaron un aumento del presupuesto universitario, el cual el mandatario ha anunciado que vetará.
Este evento marca un hito en la historia política argentina, ya que nunca antes un decreto de necesidad y urgencia había sido derogado por el Parlamento. A lo largo de los años, los presidentes argentinos han recurrido a estos decretos para esquivar al Congreso, aunque posteriormente deben ser validados por el mismo. Sin embargo, en este caso, la oposición se unió para frenar la medida.
La relación entre el Ejecutivo y la legislatura podría verse afectada por este acontecimiento, aunque aún hay legisladores dispuestos a apoyar las iniciativas del Gobierno. No obstante, el rechazo al decreto sobre fondos reservados envía un claro mensaje sobre la postura del Congreso respecto a este tema.