El expresidente peruano Alberto Fujimori, quien gobernó entre 1990 y 2000, falleció mientras se preparaba como candidato presidencial por Fuerza Popular, el partido liderado por su hija Keiko, para las elecciones previstas para 2026. Su muerte plantea dudas sobre si Keiko tomará su lugar en la boleta electoral y sobre cómo se reconfigurará el fujimorismo sin su figura más destacada.
Keiko Fujimori había anunciado en julio de 2024 que su padre, de 86 años, sería el candidato presidencial de Fuerza Popular, pero también confirmó que no buscaría ella misma la primera magistratura. Sin embargo, con la ausencia de Alberto Fujimori, Keiko podría considerar postularse nuevamente para la presidencia peruana.
El analista político peruano José Carlos Requena señaló que, aunque la inscripción de Alberto Fujimori como candidato generó expectativas en algunos sectores, su candidatura real era vista como poco probable debido a su delicado estado de salud y al tiempo restante antes de las elecciones. Requena sugiere que la candidatura de Alberto Fujimori debería interpretarse como un gesto simbólico y como una forma de reconciliación política entre padre e hija.
La reconciliación entre Alberto y Keiko Fujimori habría fortalecido la posición de Keiko y habría reforzado la idea de que Fuerza Popular es el partido que representa al fujimorismo. Sin embargo, dependerá de las acciones de Keiko Fujimori en el futuro poder retener a sus seguidores y atraer a nuevos votantes.
La muerte de Alberto Fujimori también ha vuelto a polarizar a la sociedad peruana, ya que algunos lo consideran un héroe por su lucha contra el terrorismo y la estabilización de la economía, mientras que otros lo ven como un dictador responsable de graves violaciones a los derechos humanos. Requena cree que la polarización no disminuirá con la muerte de Fujimori y que Keiko tendrá dificultades para atraer a votantes independientes o a aquellos que buscan mano dura, pero que aún desconfían de ella.
En resumen, la muerte de Alberto Fujimori ha dejado un vacío en el fujimorismo y ha planteado preguntas sobre el futuro de Fuerza Popular y de Keiko Fujimori. Aunque la candidatura de Alberto Fujimori era vista como poco probable, su figura seguirá siendo un símbolo importante para el fujimorismo y para la política peruana en general. La polarización continuará siendo un desafío para Keiko Fujimori y para el futuro de la política peruana.