La situación de los incendios forestales en Bolivia se ha vuelto crítica, con casi 3 millones de hectáreas arrasadas, principalmente en los departamentos de Santa Cruz, Beni y Pando. Las llamas han afectado gravemente a siete provincias en el norte del departamento, quemando un total de 1.487.000 hectáreas de bosques y pastizales hasta el momento.
Lamentablemente, las autoridades han confirmado que estos incendios han sido provocados intencionalmente por la acción humana. Ante esta emergencia, el gobierno nacional y los organismos internacionales han sido convocados para asistir en las labores de contención y extinción de los focos de calor.
El gobierno boliviano ha declarado estado de desastre nacional, reconociendo que los recursos disponibles son insuficientes para hacer frente a la magnitud del desastre. Se teme que la situación empeore, ya que la temporada de incendios apenas comienza y existe el riesgo de que las llamas alcancen las reservas naturales de la Amazonía.
Hasta ahora, se han sofocado más de 35 incendios forestales con la ayuda de cinco helicópteros Z9 y drones, incluyendo al menos cinco en la frontera con Brasil. Sin embargo, el camino hacia la recuperación y prevención de futuros incendios será largo y costoso.
Es crucial que la comunidad internacional preste atención a esta crisis y ofrezca asistencia para ayudar a Bolivia a recuperarse de este desastre ambiental y a prevenir futuros incendios. La preservación de los bosques y ecosistemas de la Amazonía es esencial para el planeta y su biodiversidad.