Un grupo de científicos ha descubierto que algunas personas con depresión presentan un patrón distinto de interacciones neuronales en el cerebro, lo que sugiere nuevas dianas para futuros tratamientos médicos. La investigación, publicada en Nature, es liderada por el Weill Cornell Medicine de Nueva York y cuenta con la participación del Basque Center on Cognition, Brain and Language.
Los investigadores observaron repetidamente el cerebro de los participantes durante un período prolongado y detectaron una red neuronal significativamente más grande en la mayoría de las personas con depresión, en comparación con las personas sanas. Se trata de la Red de Saliencia, un grupo de regiones cerebrales que desempeñan un papel en el procesamiento de la recompensa y en la determinación de los estímulos que merecen más atención.
A pesar de décadas de estudios de neuroimagen, solo se han identificado pequeñas diferencias en la estructura y conectividad cerebrales de las personas con depresión, lo que limita la comprensión actual de los mecanismos o factores de riesgo de la enfermedad. Los patrones individuales de actividad cerebral varían no solo entre las personas, sino a lo largo del tiempo en una misma persona, lo que complica el estudio de enfermedades como la depresión.
El equipo de investigación utilizó una técnica llamada mapeo funcional de precisión en un análisis de 141 individuos con depresión mayor y 37 controles sanos. Los resultados revelaron que la mayoría de los volunteros con depresión tenían una red de saliencia casi dos veces mayor que los individuos sin depresión clínica. Esta expansión de la red de saliencia frontoestriatal podría servir como biomarcador del riesgo de depresión, aunque se necesitan más estudios para confirmar esta asociación.
El Dr. Conor Liston, autor principal del estudio, señaló que la expansión de la red de saliencia es un factor de riesgo de depresión y que este efecto es mucho mayor que el observado en estudios previos. Además, esta expansión se mantiene estable en el tiempo y puede detectarse en niños antes de la aparición de los síntomas depresivos en la adolescencia.
El Dr. Charles Lynch, coautor del estudio, destacó que estos hallazgos indican que hay diferencias fundamentales en las redes cerebrales entre los individuos, lo que podría tener implicaciones importantes para el tratamiento de la depresión y otras enfermedades mentales. Sin embargo, se necesitan más estudios para validar estos resultados y aplicarlos en la clínica.