Desde los albores de la humanidad, la tecnología ha estado presente en nuestras vidas. Hoy en día, su avance ha llegado a tal punto que en la rutina diaria de muchas personas, el uso de dinero en efectivo ha sido reemplazado por transferencias, pagos con códigos QR o, en ocasiones, incluso por reconocimiento facial. Una revolución que ha facilitado en gran medida las transacciones cotidianas. Sin embargo, no solo el ámbito económico o comercial está influenciado por la tecnología, sino que también es el lugar donde más casos de fraudes y estafas se registran.