La solemne ceremonia fue dirigida por la coronel Liliana Andrea Jiménez Falla, responsable del Departamento de Policía Caldas, y contó con la participación de representantes de organizaciones defensoras de derechos humanos, parientes de las víctimas y miembros de la comunidad. Juntos, honraron la memoria de los miles de desaparecidos en Colombia y en todo el mundo.
En Caldas, se recuerda con especial tristeza al cabo segundo Luis Fernando Ramírez Castro, quien desapareció después de un ataque armado de las FARC en el corregimiento de Arboleda, municipio de Pensilvania, en julio de 2000. La conmemoración comenzó con una emotiva eucaristía y ofrenda floral, símbolos de esperanza y resistencia, seguida de un minuto de silencio que resonó con el dolor y la fortaleza de los asistentes.
Durante el evento, la coronel Jiménez Falla rindió homenaje a Alba Libia Ospina Franco, esposa del cabo segundo Luis Fernando Ramírez Castro, y declaró con empatía: En este día tan significativo, deseamos expresar nuestra más profunda solidaridad con las familias y seres queridos de quienes han sido afectados por este flagelo. Estas palabras subrayan el compromiso inquebrantable de la Policía Nacional en la investigación y esclarecimiento de estos casos, poniendo de relieve la importancia de la colaboración interinstitucional y el apoyo de la comunidad.
El acto también brindó un espacio para la reflexión, con parientes de las víctimas agradeciendo el acompañamiento constante de la Policía Nacional en su búsqueda de respuestas. La conmemoración del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas no solo honró a quienes ya no están, sino que también abrió un diálogo sobre los desafíos persistentes en la búsqueda de verdad y justicia.
La Policía Nacional, en alianza con la sociedad civil, se ha comprometido a fortalecer las acciones de búsqueda y garantizar que estos crímenes no queden impunes. Reafirma su compromiso con la protección de los derechos humanos, de acuerdo con su Plan Estratégico Institucional que prioriza la atención y el acompañamiento a las víctimas.
Este acto conmovedor y lleno de propósito es un recordatorio de que la lucha por la verdad y la justicia no cesa, y que la memoria de las víctimas de desapariciones forzadas permanecerá viva en el corazón de la sociedad colombiana.