El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, concluye su mandato el 30 de septiembre, tras un sexenio lleno de acciones que reflejan su ideología progresista y sus principios idealistas. Sin embargo, también hubo momentos en los que prevaleció el pragmatismo en su administración.
En el plano internacional, López Obrador mostró una clara solidaridad con los gobiernos y líderes de izquierda bajo presión de la derecha internacional. Uno de los hechos más destacados de su gestión fue el respaldo al expresidente boliviano Evo Morales durante el golpe de Estado de 2021, cuando México desempeñó un papel crucial en su rescate y regreso al país. Además, López Obrador criticó enérgicamente el golpe de Estado contra el presidente peruano Pedro Castillo en diciembre de 2022 y el interinato de Dina Boluarte, lo que llevó a una fuerte tensión diplomática y comercial entre los dos países.
Otro hito importante fue la organización de la cumbre de presidentes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños CELAC en 2021, en un momento en que la institución multilateral se encontraba en declive. López Obrador logró reunir a 17 presidentes de diversas ideologías, con el objetivo de revitalizar la unión regional.
El mandatario mexicano también fue crítico con la Organización de los Estados Americanos OEA y su secretario general, Luis Almagro, por su actuación sesgada e injerencista. López Obrador clamó por una renovación de la OEA y mantuvo una postura firme contra el gobierno argentino de Javier Milei, a quien llamó facho conservador.
En cuanto a las relaciones con Estados Unidos y Canadá, López Obrador decidió poner en pausa la relación con sus embajadas en México después de que éstas criticaran las reformas judiciales del país latinoamericano. El mandatario mexicano defendió la soberanía de su nación y exigió respeto.
A lo largo de su mandato, López Obrador demostró ser pragmático en sus relaciones internacionales, como en el caso de su gestión con el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, con quien logró mantener una relación estable a pesar de las tensiones iniciales. Sin embargo, en algunos casos, como con el grupo de países BRICS, López Obrador optó por no adherirse, prefiriendo fortalecer las alianzas estratégicas con Estados Unidos y Canadá.
En resumen, el sexenio de López Obrador estuvo marcado por una postura ideológica firme y una clara solidaridad con los movimientos y procesos de América Latina, pero también por un enfoque pragmático en las relaciones internacionales. Su gobierno ha dejado una huella que merece ser estudiada, ya que logró vencer barreras doctrinarias sin alinearse con sus adversarios históricos.