La inmigración ilegal en España está en camino de alcanzar cifras récord, con un aumento del 66,2% en las entradas irregulares en comparación con el mismo período del año pasado. Hasta el 15 de agosto, se habían registrado 31.155 entradas ilegales, lo que ya es casi igual al total de 2022. La región de Canarias es la más afectada, recibiendo el 71,59% del flujo migratorio total, lo que supera con creces sus capacidades de asistencia y acogida. La situación es especialmente difícil para los menores no acompañados, de los cuales hay más de 5.200 en Canarias. La falta de alojamiento y personal capacitado dificulta su inclusión social.
La ruta canaria es conocida por su peligrosidad, con muchas embarcaciones naufragando y personas falleciendo en el camino. Solo en la madrugada del 23 de agosto, un cayuco con 173 personas a bordo, incluyendo seis bebés y ocho mujeres, llegó al puerto de La Restinga en la isla del Hierro. La mayor intensidad del flujo migratorio hacia Canarias se observó en enero y febrero, pero recobró fuerza en julio. Se espera que la migración por esta ruta aumente en los próximos meses, lo que pondrá a prueba las capacidades de rescate y acogida de la región.
El país de origen de la mayoría de los migrantes es Malí, lo que plantea desafíos en la labor de acogida humanitaria y asilo. La migración de asilo tiene cada vez más peso en la política, pero la situación en origen también debe abordarse. La guerra civil en Malí ha provocado una gran cantidad de desplazados forzosos, y la corrupción y las guerras civiles son a menudo el resultado de la explotación de los países en desarrollo por parte de las grandes multinacionales del globalismo.
La UE busca una doble explotación, en origen y en Europa, al no abordar las causas raíz de la migración. La solución real al problema debe abordar las dificultades en el origen, como la falta de oportunidades y la corrupción gubernamental, en lugar de simplemente controlar las fronteras y buscar mano de obra barata. La UE debe trabajar con los países de origen para abordar las causas profundas de la migración y garantizar que los migrantes sean tratados con dignidad y respeto en su viaje y en su destino final.