Una testigo clave en el espectacular robo a una sucursal de Brinks en Rancagua ha entregado un testimonio que podría ser crucial en las investigaciones. La mujer, exnovia de uno de los 18 sospechosos formalizados por el robo de 12.000 millones de pesos, reveló a la fiscalía que su expareja le confesó su participación en el delito junto a un grupo de personas.
La testigo declaró que el vigilante Óscar Saavedra le había comentado a su expareja que su novia tenía una enfermedad y necesitaba dinero para tratarla. La mujer entregó una fotografía a la fiscalía en la que aparecen Óscar Saavedra y la cajera Ximena Fuentes en una reunión de planificación.
El teléfono de Óscar Saavedra ya está en manos del Ministerio Público. Entre sus conversaciones, se destaca una del 29 de julio en la que cotiza una casa por un valor de $123 millones. Además, se encontraron conversaciones sobre una fiesta que se llevaría a cabo el mismo día del robo.
Los investigadores creen que los sospechosos dejaron una camioneta tipo furgón afuera de la sucursal de Brinks antes de las 7.00 de la mañana del viernes 16 de agosto, para llevarse el dinero.
El relato del guardia también forma parte de la carpeta investigativa. El guardia declaró que el día del robo, le pidió a su jefe permiso para trabajar en la torreta de la empresa, ya que tenía que hacer trámites en la tarde. Mientras trabajaba, vio en el monitor de las cámaras de seguridad que un grupo de personas escalaba el muro perimetral de la empresa y tiraban bolsas con dinero para afuera.
El guardia intentó presionar el pulsador de pánico y hacer llamadas, pero no obtuvo respuesta. Él y su jefe se refugiaron en la torreta para evitar ser lastimados.
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