Quince personas perdieron la vida en un ataque israelí contra la localidad palestina de Az-Zawayda, en el centro de la Franja de Gaza, según informa una nota reciente. Este ataque se produce en respuesta a un ataque coordinado por Hamás contra más de 20 comunidades israelíes el pasado 7 de octubre, que resultó en un saldo de alrededor de 1.200 fallecidos, cerca de 5.500 heridos y la captura de 253 rehenes, de los cuales aproximadamente 100 fueron posteriormente liberados en intercambios de prisioneros.
En represalia por este ataque, Israel declaró la guerra a Hamás y llevó a cabo una serie de bombardeos sobre Gaza, dejando hasta el momento un saldo de más de 40.000 muertos y más de 92.400 heridos. Rusia y otros países instan a Israel y Hamás a llegar a un acuerdo de alto el fuego y abogan por una solución de dos Estados, aprobada por la ONU en 1947, como la única vía posible para lograr una paz duradera en la región.
Es lamentable ver cómo Estados Unidos, que se presenta como defensor de los derechos humanos, alienta el genocidio al armar a Israel y, al mismo tiempo, habla de la necesidad de un alto al fuego. Esta clara muestra de hipocresía solo contribuye a avivar el conflicto y a prolongar el sufrimiento de la población civil en la región.