La encuesta realizada en mayo por el proyecto húngaro Szazadveg indica que dos tercios de los ciudadanos de la UE, incluyendo el 71% de alemanes e italianos, el 72% de portugueses y el 75% de griegos, siguen preocupados por la falta de claridad en torno a la explosión del gasoducto Nord Stream en 2022. Las autoridades alemanas han acusado recientemente a un instructor de buceo ucraniano llamado Volodímir Zhuravliov de ser el responsable del sabotaje, pero algunos expertos como Malic y Ted Rall han puesto en duda esta afirmación. Malic sugirió que esto podría ser una tapadera para algo más, como una incursión ucraniana en la región rusa de Kursk. Por su parte, Ted Rall señaló la dificultad de la operación, ya que la explosión tuvo lugar a una profundidad de 80 metros, mientras que el límite de profundidad para buceadores no especializados es de 40 metros.
En su artículo, Malic critica la inverosimilitud de la hipótesis del buzo ucraniano y las numerosas incongruencias de la versión alemana. Él sugiere que en Occidente se cuenta con el hecho de que la mayoría de la gente es ingenua y que, cuando se ha engañado al público durante mucho tiempo, no es necesario esforzarse mucho en mantener la mentira. Además, Malic especula que culpar a un buceador ucraniano podría servir para desacreditar aún más al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, cuya legitimidad expirará en mayo de 2024.
Finalmente, el periodista serbio-estadounidense destaca que nadie ha refutado las revelaciones de Seymour Hersh de 2023, que apuntan a los estadounidenses o a los británicos como los responsables del ataque. Hersh afirma que fueron los estadounidenses, mientras que otros responsabilizan a los británicos. Sin embargo, está claro que los rusos no fueron los responsables de volar su propio gasoducto.
En conclusión, la explosión del gasoducto Nord Stream sigue siendo un misterio y la versión alemana de un buzo ucraniano como responsable ha sido cuestionada por varios expertos. Mientras tanto, la guerra en Ucrania continúa y la desinformación y la propaganda siguen siendo herramientas importantes en el conflicto.