Un fisiólogo australiano, Ollie Jay, ha creado una cámara climática de última generación en la Universidad de Sídney para investigar cómo el calor afecta al cuerpo humano, según un artículo publicado en Nature. Jay comenzó a diseñar esta estructura de dos millones de dólares australianos 1,3 millones de dólares estadounidenses en 2019, y ahora la está utilizando para probar los límites de la supervivencia humana en condiciones de calor extremo.
La cámara permite a los investigadores controlar variables como la temperatura, la velocidad del viento y la humedad, y está equipada con sensores que monitorean la frecuencia cardíaca, la respiración, la sudoración y la temperatura corporal de los participantes. Los científicos pueden aumentar o disminuir la temperatura a un grado celsius por minuto, desde 5 °C hasta un máximo de 55 °C, y ajustar la humedad, una variable clave que influye en los efectos del calor en el cuerpo.
El equipo de Jay también está estudiando qué estrategias de enfriamiento funcionan mejor para reducir los riesgos para la salud derivados de la exposición al calor. Aunque la comunidad científica está de acuerdo en que la temperatura en la Tierra está aumentando y seguirá haciéndolo en las próximas décadas, los organismos internacionales y las agencias nacionales no han estudiado en profundidad los efectos en el cuerpo humano.
Además de estudiar los efectos del calor en el cuerpo humano, el equipo de Jay también está investigando hasta qué temperaturas altas una persona puede realizar tareas como trabajar en un escritorio, caminar, subir escaleras, bailar y levantar objetos pesados. Los datos de estos ensayos se utilizan para mejorar el modelo y desarrollar mejores consejos de salud para las personas con mayor riesgo de sufrir por altas temperaturas.