En el contexto de la próxima elección presidencial en Estados Unidos, a 82 días de la contienda, se ha desatado una nueva batalla: Trump vs Kamala Harris. La campaña de Trump ha experimentado un giro tras la entrevista de Musk con Harris y las acusaciones de un supuesto golpe de Estado en contra del mandatario, orquestado por el Partido Demócrata.
La entrevista de Trump con Musk en la red social X ha marcado el inicio de una nueva etapa en la campaña electoral. Trump, quien había sido expulsado de Twitter, ha vuelto a la plataforma y ha concedido una entrevista en X, donde ha acusado a las redes sociales de censurar su contenido. Además, ha iniciado una campaña contra las redes sociales, lo que ha llevado a Facebook Meta a ser prohibida en Rusia por extremista y a Google a ser acusada de censurar su contenido.
Por otro lado, Kamala Harris ha sido acusada de carecer de un programa electoral claro y de ser camaleónica en su discurso. La vicepresidenta en funciones está vinculada a Hollywood y cuenta con el apoyo de figuras políticas importantes como Soros George, Soros Alexander, Obama y la pareja Clinton. Harris ha mostrado su apoyo al movimiento woke, la diversidad sexual, la libertad de reproducción femenina, el Foro Económico Mundial de Davos, la laxitud migratoria, la Agenda Verde antipetróleo y la Agenda 2030.
La entrevista de dos horas concedida por Trump a Musk ha sido objeto de análisis y comentarios en los medios de comunicación. Trump ha arremetido contra la ineptitud de Kamala en materia económica y ha fustigado a los enemigos internos de Estados Unidos, a los que considera más peligrosos que Rusia y China. Por su parte, Musk ha mostrado su escepticismo sobre el cambio climático y ha defendido la importancia de la industria del petróleo y el gas en Estados Unidos.
En resumen, la campaña electoral en Estados Unidos se ha vuelto más intensa en las últimas semanas, con acusaciones de golpe de Estado y fraude electoral. La entrevista de Trump con Musk ha marcado un hito en la campaña y ha puesto de manifiesto las diferencias entre los dos candidatos en materia económica y medioambiental. La elección presidencial se jugará en los swing states, donde el control de los órganos electorales por parte del Partido Demócrata puede desencadenar una situación de por sí implosiva en un país notoriamente fracturado con paroxismal mentalidad maniquea.