Según The Guardian, miles de manifestantes han salido a las calles en diversos destinos turísticos de España para solicitar un control sobre el turismo masivo y la adopción de un modelo de negocio menos agresivo. Los manifestantes argumentan que el actual modelo de turismo ha provocado un aumento en el precio de la vivienda y forzado a la población local a abandonar las ciudades turísticas. Los organizadores han aclarado que las protestas buscan únicamente un enfoque más equilibrado en el tema.
En Ibiza, uno de los destinos turísticos más populares de España, los trabajadores han tenido que vivir en furgonetas, caravanas y tiendas de campaña debido a la falta de alojamiento asequible. En Mallorca, las familias que han sido desalojadas de sus hogares para convertirlos en alojamientos turísticos han comenzado una campaña de pegatinas con mensajes como Aquí vivía una familia o Vuelve a casa dirigidos a los alquileres turísticos de la zona.
Peter DeBrine, experto en turismo sostenible de la Unesco, ha declarado que la situación del turismo está desequilibrada en algunos puntos y que las actuales protestas en España podrían extenderse a toda Europa. DeBrine ha señalado que el turismo ha exacerbado las preocupaciones existentes sobre el acceso a la vivienda y ha añadido ansiedad y frustración a los residentes locales. Para abordar esta situación, DeBrine sugiere un cambio de paradigma en el que los responsables políticos se enfoquen en cómo mejorar las cosas para los residentes locales, ya que los mejores lugares para vivir suelen ser los mejores lugares para visitar.