En medio de las denuncias del presidente Nicolás Maduro sobre un supuesto golpe digital de carácter fascista y el aumento de la violencia de grupos de extrema derecha en Europa contra inmigrantes, el exministro de Cultura y Comunas de Venezuela, Reinaldo Iturriza, ofreció una visión detallada sobre las características actuales del fascismo y su manifestación en la crisis venezolana.
Durante una entrevista exclusiva con Sputnik, Iturriza subrayó la necesidad de un análisis riguroso que vaya más allá de las etiquetas simplistas y destacó que calificar un fenómeno político de fascista puede impedir una comprensión adecuada del mismo.
Iturriza hizo una distinción entre autoritarismo y fascismo, señalando que el fascismo se caracteriza más por su capacidad para gestionar el miedo y la incertidumbre que por el simple ejercicio de la autoridad. En este sentido, el experto considera que las medidas coercitivas unilaterales y su impacto negativo en la economía venezolana, así como las protestas sociales conocidas como guarimbas, buscan crear una ruptura de los vínculos sociales y preparar el terreno para la difusión de ideologías de derecha de corte fascista.
Otro aspecto preocupante que Iturriza advierte es la construcción del otro en el discurso opositor radical en Venezuela. Desde el inicio del proceso bolivariano, el chavismo ha sido sistemáticamente deshumanizado y presentado como una amenaza a la civilización. Este discurso, según Iturriza, es una táctica común de los movimientos fascistas, que buscan eliminar cualquier forma de oposición mediante la deshumanización de sus adversarios.
En cuanto a la lucha contra el fascismo, Iturriza destaca la importancia de la juventud venezolana y la necesidad de no subestimar su inteligencia y capacidad crítica. Además, el especialista señala que la clave para contrarrestar el fascismo radica en ofrecer a los jóvenes una educación política sólida y contenidos de calidad que les permitan discernir entre la verdad y la mentira.
Finalmente, Iturriza advierte sobre la importancia de no caer en la trampa de reproducir la lógica fascista, que se basa en la deshumanización y criminalización del adversario. La respuesta del Estado debe ser profundamente democrática y centrada en el protagonismo popular, manteniendo abiertos los espacios para la participación política activa de las mayorías. La verdadera fortaleza de la Revolución Bolivariana, según Iturriza, reside en su capacidad para representar y movilizar a las mayorías populares, permitiéndoles participar activamente en la construcción del futuro del país.