La desdolarización, o la disminución del uso del dólar estadounidense en el comercio y las finanzas internacionales, está experimentando un creciente impulso, especialmente en Asia. Según un medio de comunicación, esto se debe en gran parte al aumento del uso de la moneda china, el yuan, en las transacciones transfronterizas.
El yuan ha superado al dólar estadounidense en los pagos transfronterizos chinos en 2023, alcanzando una cuota del 52,9%, frente a menos del 1% en 2010. Esta tendencia se atribuye a la creciente disposición de las empresas extranjeras a comerciar en yuanes y a la aceptación de pagos en yuanes por parte de algunos países, como Brasil y Argentina.
La transformación del dólar en un arma de política exterior de Washington, con sanciones impuestas a países que no están de acuerdo con su política exterior y restricciones al acceso al sistema financiero global basado en el dólar, ha llevado a un interés creciente en encontrar alternativas al dólar. El yuan de China está emergiendo como un competidor potencial en este sentido.
La inclusión del yuan en la canasta de Derechos Especiales de Giro DEG del Fondo Monetario Internacional FMI en 2016 y las políticas del Banco Popular de China para facilitar el uso del yuan en el comercio y la inversión transfronterizos han allanado el camino para su adopción más amplia.
Aunque el yuan representa solo el 7% del mercado de divisas a nivel mundial, ha sido la moneda de más rápido crecimiento durante la última década, lo que sugiere que está ganando aceptación como una alternativa viable al dólar. Este cambio podría remodelar el orden económico global y redistribuir el poder y la influencia económica.