Matan a Juan Pedro Aguilar, figura emergente en el mundo de las esmeraldas en Boyacá.

Juan Sebastián Aguilar, también conocido como Pedro Pechuga, fue víctima de un atentado perpetrado por un francotirador en el norte de Bogotá. La muerte de Aguilar, líder de la empresa Seguridad Oriental y miembro de la junta directiva de Esmeraldas Santa Rosa, podría desencadenar una nueva Guerra Verde en el occidente de Boyacá.

Aguilar, de 58 años y originario de Chiquinquirá, era considerado el hombre más poderoso del sector esmeraldero de Muzo Boyacá y el zar de la seguridad de las minas más productivas del país y de sus dueños. Además de ser el jefe de seguridad de Víctor Carranza en el pasado, era accionista y miembro de la junta directiva de Esmeraldas Santa Rosa, donde compartía espacio con esmeralderos de renombre como Jesús Hernando Sánchez Sierra, Carlos Julio Molina Murcia, Jonatan Carranza Vidal, Edwin Molina y Héctor Hugo Rodríguez Daza.

El atentado contra Aguilar ocurrió en su residencia, ubicada en la calle 138 con séptima, frente al Centro Comercial Palatino, alrededor de las 6:30 de la tarde. Se cree que el francotirador le disparó desde un árbol, hiriéndolo de gravedad. Aguilar había sobrevivido a un intento de asesinato en octubre de 2023.

Aguilar era conocido por su empresa Seguridad Oriental Ltda, la cual le prestaba servicios de seguridad a empresas como Esmeraldas Mining Services EMS y Colombian Shared Services CSS, también conocida como Compañías Muzo Colombia, una empresa norteamericana que explota esmeraldas en Muzo y Quípama. Además, Seguridad Oriental tenía contratos con municipios, la CAR, el Distrito Capital y la Gobernación de Boyacá.

La policía está investigando el asesinato y cree que podría haber sido planeado en un triángulo entre el occidente de Boyacá, Estados Unidos y la Oficina de Envigado. Aguilar era cercano a la exconsejera presidencial Sandra Ortiz y al senador José David Name.

La muerte de Aguilar ha causado zozobra y temor en la región, ya que era considerado el escudo de esa zona y su ausencia podría desencadenar una nueva ola de violencia en el sector esmeraldero de Muzo Boyacá.