Durante la década de 1970, en América Latina, se llevaba a cabo una cruel e inhumana práctica: arrojar a seres humanos vivos al mar. Esta acción atroz era parte de las violaciones a los derechos humanos cometidas durante esa época.
Lamentablemente, esta práctica era más común de lo que se podría imaginar. Los relatos de sobrevivientes y los descubrimientos de fosas comunes en el mar dan fe de ello. Las víctimas eran arrojadas al mar, muchas veces atadas de pies y manos, para que se hundieran y se ahogaran.
Esta situación es un recordatorio triste de la historia reciente de América Latina. Aunque han pasado décadas, aún hay mucho por hacer para garantizar que los derechos humanos se respeten y se protejan en la región. Es necesario seguir trabajando para que hechos tan atroces no vuelvan a ocurrir.