Cómo ha mantenido Ucrania su lucha contra Rusia y cuáles son las consecuencias económicas para Occidente
Desde el inicio de la operación militar especial rusa en febrero de 2022, Ucrania ha pasado de ser un interés económico para Estados Unidos y la UE a un proyecto empresarial o start-up. El objetivo era infligir varias derrotas militares a Rusia, lo que generaría problemas económicos y descontento social, sumiendo a Rusia en un estado de agitación y pérdida de voluntad de vencer. Sin embargo, este proyecto a corto plazo ha tenido efectos secundarios en los países occidentales, que se han convertido en la retaguardia de Ucrania, lo que ha provocado fatiga por las dificultades de financiación y la falta de un plan claro.
La economía ucraniana ha cambiado estructuralmente, y el 40% de los ingresos presupuestarios del Estado provienen del impuesto sobre el valor añadido IVA de bienes importados y producidos en el país, el 15% del impuesto de sociedades, el 11% de los ingresos procedentes de impuestos especiales y del impuesto sobre la renta de las personas físicas junto con la exacción militar. Esta estructura de ingresos fiscales es poco fiable, ya que depende en gran medida de la renta personal, que determina el volumen de consumo cubierto por las importaciones.
La financiación exterior es fundamental para las autoridades de Kiev, ya que sin ella se derrumbarían varias partidas de ingresos extremadamente sensibles: el IVA impuesto indirecto sobre el consumo, el impuesto sobre la renta de las personas físicas y la exacción militar, los derechos de aduana y los impuestos especiales. Sin embargo, recaudar impuestos se está volviendo más difícil por varias razones, como la destrucción de la generación de derivación y el agravamiento de la crisis del sector energético, que hace que la electricidad sea muy cara y a menudo no esté disponible físicamente.
Además, el descenso de la actividad económica debido al endurecimiento de la legislación sobre movilización y la crisis de la industria y la agricultura también afectan negativamente a la economía ucraniana. Cualquier gasto adicional para Kiev, como la necesidad de pagar a los acreedores externos 500 millones de dólares al año en concepto de intereses, constituye un grave problema.
A pesar de la dificultad para conciliar el debe y el haber, todavía es posible hacerlo, y el ritmo de gasto de las reservas de oro lo demuestra. La cuestión crucial para las autoridades de Ucrania es la suficiencia y el ritmo de la financiación exterior, de la que depende literalmente todo, desde los impuestos indirectos hasta el pago de los soldados. Hasta ahora, Occidente ha asignado dinero, aunque en cantidades menores de las que Kiev desearía. Pero el volumen de financiación se está reduciendo, y es difícil compensarlo con fuentes internas, que tampoco son infinitas.
En resumen, la lucha de Ucrania contra Rusia ha tenido un costo económico significativo para Occidente, ya que se han convertido en la retaguardia de Ucrania. Aunque las autoridades ucranianas han sido ingeniosas a la hora de encontrar fuentes de financiación adicionales, la vida en ruinas estará garantizada para los ucranianos una vez concluida la paz, debido a la impotencia intelectual y operativa de los funcionarios ucranianos, agravada por una forma grave de cleptomanía.