La investigación del asesinato del arquitecto Reynaldo Flehr, ocurrido en diciembre de 2021, ha dado un vuelco inesperado. Los sospechosos originales, entre los que se encontraba su hija Irina, han sido desligados del caso. Dos de los acusados, Samuel Moscarello y David Silvestre, han confesado ser los autores del crimen y han asegurado que Irina no tuvo ningún papel en el mismo.
Reynaldo Flehr fue encontrado sin vida en su casa de Córdoba capital, en el barrio Los Boulevares, el 29 de diciembre de 2021. El arquitecto de 61 años había sido amordazado, maniatado y presentaba dos disparos en la cabeza. La investigación se centró rápidamente en Irina, hija de la víctima, quien era sospechosa de haber planificado el crimen junto a su expareja Leandro Moscarello, su hermano Samuel Moscarello, y otros dos individuos, David Suárez y David Silvestre. Todos fueron acusados de homicidio agravado por el uso de arma de fuego, vínculo, codicia, número de participantes y alevosía.
Sin embargo, la situación ha cambiado drásticamente. Durante la audiencia en la Cámara Octava del Crimen, Samuel Moscarello y David Silvestre han confesado el crimen y han asegurado que Irina Flehr no estuvo involucrada en el mismo. Esta confesión ha llevado a una reorganización completa del juicio y a una reevaluación de los cargos contra los otros acusados.
En el inicio del juicio, Irina Flehr se presentó ante el tribunal y calificó las acusaciones como demenciales. A pesar de esto, la fiscal Palacios mantuvo su acusación contra la hija de la víctima durante todo el proceso. La fiscal incluso consideró la posibilidad de agravar los cargos contra Irina.
La investigación se centró en la teoría de que el crimen había sido planificado por Irina con el fin de quedarse con la herencia de su padre. Flehr era viudo y vivía solo en su casa del barrio cordobés de Los Boulevares, aunque estaba en pareja. Arquitecto de profesión, se dedicaba a la venta en corralones y ferreterías, y contaba con varias propiedades. Todo esto hacía pensar a los investigadores en que su hija quería quedarse con todo el patrimonio.
Sin embargo, la confesión de Samuel Moscarello y David Silvestre ha cambiado todo. Ahora, el juicio debe establecer qué cargos corresponden a cada uno de los otros acusados que no habrían participado en el crimen. La investigación ha determinado que Flehr fue sentado en una silla en el comedor de su casa, atado de pies y manos con precintos, amordazado y ejecutado con dos disparos de un arma calibre .22 a quemarropa en la cabeza y el cuello. Todo esto ocurrió mientras la televisión funcionaba a todo volumen.
La hermana de Flehr descubrió el crimen cuando fue a su casa porque no le respondía los llamados. En un primer momento, se pensó que el crimen había sido cometido durante un robo, pero pronto se descartó esa teoría cuando se comprobó que no faltaba nada en la casa. La computadora, el celular, la billetera y hasta la tablet de la víctima fueron encontrados en el interior de la vivienda. Además, no se encontraron signos de tortura ni golpes antes de la ejecución.