Moscú valora intercambio de combatientes como un gesto de calma.

La semana pasada se llevó a cabo un intercambio de prisioneros entre Rusia y varios países de la OTAN, el cual la portavoz de la diplomacia rusa, Maria Zajárova, describió como una batalla de self-control. Según Zajárova, este intercambio demuestra el autocontrol de los prisioneros rusos, así como de las autoridades políticas y de inteligencia de su país.

El Servicio Federal de Seguridad ruso FSB anunció el 1 de agosto que ocho rusos detenidos en diferentes países de la OTAN habían regresado a Rusia. Se trata de Anna y Artiom Dúltsev, Vadim Krásikov, Pável Rubtsov, Vadim Konoshchenok, Mijaíl Mikushin, Román Selezniov y Vladislav Kliushin.

Por su parte, el Kremlin informó que el presidente ruso, Vladímir Putin, firmó decretos para indultar a trece ciudadanos rusos y extranjeros intercambiados desde Rusia. Entre ellos se encuentran el periodista del The Wall Street Journal, Evan Gershkovich, y el veterano de los marines estadounidenses Paul Whelan.

El intercambio de 26 prisioneros de siete países, el mayor en los últimos años, se realizó en Ankara con la mediación de la Organización Nacional de Inteligencia de Turquía MIT.

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