La reciente muerte del líder de Hamás, Ismaíl Haniyá, ha puesto en peligro los acuerdos de alto al fuego entre Palestina e Israel, según Najad Juri, economista e investigador principal del Grupo de Estudios e Investigaciones sobre Oriente Medio. Haniyá era una figura clave en las negociaciones de tregua y su asesinato ha generado más preguntas que respuestas, especialmente en torno a la razón detrás de su muerte.
Karime Cheaito, doctora en Relaciones Internacionales y miembro del Grupo de Estudios sobre Conflictos Internacionales, considera que el momento actual es nebuloso y requiere una mayor investigación. Uno de los principales interrogantes es por qué matar al principal dirigente de Hamás involucrado en las negociaciones de alto al fuego.
En medio de la incertidumbre, Juri señala que el resto del mundo debería haber mostrado preocupación por los acuerdos de alto al fuego hace 10 meses, y lo que se está viendo ahora es simplemente un retraso en la posibilidad de un alto al fuego. Israel no ha asumido la responsabilidad de los ataques, lo cual es una cultura del país, según Juri.
Además, Cheaito destaca que el Gobierno de Netanyahu tiene intereses en prolongar los conflictos que involucran a Israel. Uno de los métodos que utiliza es justificar las ofensivas israelíes en nombre de la lucha contra Hamás. Sin embargo, la estrategia de asesinar líderes ha demostrado ser ineficaz, ya que cuando se elimina a un dirigente, otro toma su lugar, y estos movimientos tienden a fortalecerse en lugar de debilitarse.
Por otra parte, Irán ha prometido vengar la muerte de Haniyá, quien fue asesinado en Teherán durante la ceremonia de investidura del nuevo presidente de la república islámica. Sin embargo, el analista Juri cree que Irán no busca un enfrentamiento directo con Israel o Estados Unidos, ya que esto significaría la destrucción para ambos. En cambio, Irán seguirá fomentando una guerra subsidiaria invirtiendo en fuerzas de resistencia presentes en varios países de Oriente Medio.
Finalmente, Cheaito señala que ha llegado el momento de que Hizbulá intensifique sus ataques contra Israel, especialmente después del reciente ataque israelí contra Beirut. Hizbulá y los hutíes ya han demostrado que son capaces de atacar Tel Aviv si lo desean.