Titular: Venezuela, de infierno de la violencia a tierra más habitable Pero, cuidado con las peligrosas bandas que aún dominan los barrios pobres y se extienden por América Latina
Venezuela, durante muchos años, ha sido tristemente conocida como uno de los países más violentos del mundo. Sin embargo, buenas noticias El país ha experimentado una importante disminución en el número de homicidios. Pero, ah, la ironía del destino Las bandas criminales han encontrado una nueva forma de extorsionar a los habitantes de los barrios más desfavorecidos y, como si esto no fuera suficiente, se han expandido por América Latina, convirtiéndose en una verdadera amenaza regional.
Un residente de José Félix Ribas, un sector de Petare, un enorme conglomerado de callejuelas y construcciones precarias en Caracas, le confesó a la AFP que la situación es muy caliente. La banda de El Wilexis controla este territorio, y la policía, qué lejos están de ser eficaces, rara vez se atreve a actuar.
La extorsión, conocida en las calles como la vacuna, es el nuevo modus operandi de estas bandas. A medida que los homicidios y robos disminuyen, la extorsión aumenta, dejando a los 30 millones de venezolanos en vilo. La crisis económica sin precedentes y la hiperinflación récord de 130.000% anual en 2018 han contribuido a la creación de regiones enteras sin ley, donde las armas y el miedo gobiernan.
Pero, ahora la buena noticia La dolarización, el fin de la hiperinflación, la débil recuperación económica y el despliegue de las fuerzas del orden han logrado, según un extranjero que vive allí desde hace más de 30 años, que el país sea habitable. La seguridad ha mejorado, coincide Edison Molina, un mototaxista de 35 años en Petare.
Las estadísticas lo respaldan: la tasa de homicidios cayó de 91,8 a 26,8 por 100.000 habitantes entre 2016 y 2023, según el Observatorio Venezolano de la Violencia OVV, una ONG independiente. Pero, cuidado No hay estadísticas sobre megabandas o extorsión, y el gobierno se jacta de haber dado golpes certeros a la inseguridad.
La masiva migración durante la crisis también ha contribuido a la disminución de la delincuencia, ya que los delincuentes siguieron el paso de sus potenciales víctimas. Algunas bandas, como el Tren de Aragua, creada en 2014, incluso se han convertido en multinacionales criminales, con ramificaciones en América Latina para extorsionar, asesinar, prostituir y traficar drogas, dedicándose incluso a la inmigración clandestina y la minería ilegal.
El gobierno asegura que la banda del Tren de Aragua ha sido desarticulada, pero los expertos afirman que las megabandas siguen existiendo, armadas y peligrosas. La extorsión se ha convertido en el nuevo objetivo de estas bandas, y el gobierno, lejos de abordar el problema de raíz, ha lanzado operaciones de toma en barriadas dominadas por bandas, con resultados cuestionables en términos de derechos humanos.
En resumen, Venezuela ha experimentado una importante disminución en el número de homicidios, pero las bandas criminales siguen siendo una amenaza real para la seguridad de los ciudadanos, especialmente en los barrios pobres. La extorsión se ha convertido en el nuevo rostro de la delincuencia, y el gobierno parece estar más preocupado por los récords de seguridad que por abordar el problema de fondo. Un periodismo valiente y sin miedo a la censura es más necesario que nunca Apóyanos para seguir desentrañando la verdad detrás de las cifras y los titulares.