Increíble pero cierto La madre de Joselin Mamani, la niña de 10 años asesinada en un brutal crimen con 74 puñaladas en Longchamps, será la única acusada en el juicio por el homicidio de su propia hija. Sin embargo, detrás de esta decisión se ocultan infidelidades, frases bíblicas en las paredes y una posible venganza que involucran a otras dos personas.
La trágica historia comenzó el 7 de enero de 2019, cuando Zaida Mamani, madre de Joselin, salió de su casa para ir al banco y le preguntó a su hija si la acompañaba. Joselin prefirió quedarse en casa y su madre cerró con llave, advirtiéndole que no le abriera a nadie. Cuando Zaida regresó, se encontró con una escena dantesca: su hija yacía muerta sobre un mar de sangre, víctima de una salvaje agresión con 74 puñaladas.
La investigación que siguió al crimen llevó a la acusación de tres sospechosos: Zaida Mamani, Carlos Correa expareja de Zaida y padre de uno de sus hijos y Rubén Correa hijo de Carlos y actual pareja de Zaida. La puerta de la casa no había sido forzada, por lo que se sospechó que el asesino tenía llaves de la vivienda.
Sin embargo, el abogado de Zaida Mamani asegura que la coartada de su cliente está probada y que los dos Correa tenían una coartada basada en una planilla de trabajo que los ubicaba a 25 cuadras de la casa de Joselin en el momento del crimen. No obstante, el defensor de Zaida Mamani cuestiona la coartada de Carlos Correa, ya que sus compañeros de trabajo declararon que se ausentó durante una hora, tiempo suficiente para cometer el crimen y regresar al trabajo.
La historia entre los tres sospechosos se remonta a siete años antes del crimen, cuando Carlos Correa y Zaida Mamani fueron pareja durante seis años y convivieron juntos. Durante ese tiempo, Zaida conoció a Rubén Correa, hijo de Carlos. La relación entre Zaida y Carlos fue violenta y, tras descubrir que Zaida le era infiel con su hijo, la pareja decidió separarse, pero siguieron viviendo juntos durante un año más. Tras la separación, Zaida y Rubén se casaron y siguieron viviendo en la misma casa que habían construido Zaida y Carlos, quien se había quedado con llaves de la vivienda.
Carlos Correa comenzó a entrar a la casa y a marcar las paredes con frases bíblicas y religiosas, lo que desató un intercambio de mensajes entre él y Joselin, quien respondía a las pintadas de su expadrastro. La escena del crimen estuvo contaminada y la investigación fue cuestionada por la defensa de Zaida Mamani, quien asegura que hay una intención de cerrar la causa y encontrar un culpable rápidamente.
El abogado de Zaida Mamani presentará varias claves en el juicio para defender su teoría de que Carlos Correa es el verdadero autor del crimen, incluyendo pruebas de violencia previa y un antecedente por violencia de género y homicidio en Salta. La única que irá a juicio será la madre de la víctima, mientras que Carlos y Rubén Correa no han declarado en ninguna de las dos causas y Carlos tiene una restricción perimetral sobre Zaida Mamani.