Donnarumma, el Muro de Italia El guardameta del PSG se convirtió en la estrella del partido frente a España, deteniendo varias ocasiones claras con intervenciones dignas de un héroe. A pesar de encajar un gol desafortunado, impidió que su portería se llenara de más goles.
Di Lorenzo, desbordado por la velocidad de Williams y Ayoze, luchó con todas sus fuerzas pero no pudo con el ataque español. Su esfuerzo, sin embargo, no pasará desapercibido.
Bastoni, el veterano del Inter, demostró su valía al detener los ataques españoles y mantener la calma en todo momento. Su experiencia fue clave en la defensa italiana.
Calafiori, el joven del Bolonia, tuvo un partido difícil al tener que marcar a Morata. Su actuación quedará en el recuerdo por el autogol que marcó, pero su esfuerzo fue encomiable.
Dimarco, acostumbrado a atacar, se vio obligado a defender ante Lamine Yamal. Su juego habitual se vio limitado, pero su lucha fue admirable.
Barella, el timonel de la selección italiana, mostró su clase a cuentagotas debido a la intensa presión española. Siempre intentó jugar con criterio y darle la vuelta al marcador.
Jorginho, superado por el centro del campo español, fue sustituido en el descanso. Su ausencia se notó en el juego italiano.
Frattesi, el batallador del Inter, destacó por su lucha en la banda derecha y su valentía al ir al choque. Sin embargo, también fue sustituido en el descanso.
Pellegrini, jugando por la izquierda, entró poco en juego y no pudo conectar con el ataque. Su actuación fue discreta y sin brillo.
Chiesa, luchador incansable, no pudo superar a la defensa española. A pesar de su esfuerzo, no pudo crear ocasiones claras de gol.
Scamacca, desasistido en la punta del ataque, no recibió suficientes balones para crear peligro. Su falta de oportunidades limitó su juego.
Cristante, el recurso de Mancini, entró en el segundo tiempo y creó la única ocasión clara de Italia con un centro que Retegui no llegó a rematar.
Cambiaso, el jugador de la Juventus, salió en la segunda parte para frenar a Nico Williams, pero no lo consiguió. Su entrada no tuvo el efecto deseado.
Zaccagni, el relevo de Chiesa, no pudo aumentar el juego ofensivo de Italia. Su entrada no tuvo el impacto deseado.
Retegui, el intimidador, entró en lugar de Scamacca y le dio altura al ataque italiano. Su presencia, sin embargo, no se tradujo en ocasiones claras de gol.
Raspadori, entró al final por Pellegrini, pero no tuvo tiempo suficiente para generar opciones de peligro en busca del empate. Su entrada fue irrelevante.