Injusticia en Bahía Blanca Agustina Castro Suárez, una joven mendocina de 26 años, madre de tres pequeños y en espera de su cuarto hijo, fue víctima de una balacera que le arrebató la vida mientras dormía en su hogar. El trágico suceso ocurrió en la madrugada del 23 de octubre de 2022, en el barrio Cáritas, y aún hoy, un año y ocho meses después, su esposo y sus hijos claman justicia.
Agustina, en el floreciente periodo de su embarazo de 27 semanas, fue sorprendida por las detonaciones que provenían del exterior de su vivienda. Al asomarse a la ventana para verificar el origen de los disparos, recibió un mortal balazo en el pecho. Su esposo, Pablo, conmovido y desesperado, intentó llevarla al Hospital Municipal, pero desafortunadamente, los médicos no pudieron hacer nada para salvarla.
La noticia conmocionó a la comunidad de Bahía Blanca y especialmente a su familia, que no puede comprender los motivos detrás de tan atroz ataque. Dos sospechosos, Adrián Ernesto González 35 y Mario Gustavo Guzmán 28, fueron detenidos días después del crimen y permanecen en prisión preventiva en la Unidad Penal de Villa Floresta. Ahora, un jurado popular decidirá su culpabilidad en las audiencias que se llevarán a cabo hasta el viernes durante el debate oral en su contra.
El caso se ha vuelto aún más impactante y emotivo debido al embarazo de Agustina. Los acusados se enfrentan a una pena de entre 8 y 25 años de prisión por homicidio agravado por uso y tenencia de arma de guerra ilegal, pero los márgenes podrían ampliarse debido a los agravantes, incluyendo el embarazo de la víctima. El bebé en camino murió por insuficiencia placentaria a partir del deceso de la madre, lo que ha llevado a calificar el crimen como un doble asesinato.
La madre de Agustina, Natalia, viajó desde Mendoza para estar presente en el juicio y exigir justicia. Con lágrimas en los ojos, Natalia declaró: Ella estaba embarazada de seis meses. Quiero saber qué pasó, me lo pregunto todos los días. Hablé con mi hija un día antes y me pidió que viajara para visitarla, que ya tenía su casa.
El fiscal Jorge Viego cree que el móvil del crimen podría ser un ajuste de cuentas, ya que, según los testimonios, los sospechosos habrían recibido la queja de un tercer hermano por una deuda menor de 30.000 pesos que supuestamente un familiar de Agustina y Pablo debía. Sin embargo, la pareja no conocía a los acusados y nunca supieron por qué fueron blanco de un ataque tan brutal.
Mientras el jurado popular decide el destino de los acusados, la familia y amigos de Agustina Castro Suárez continúan su lucha por justicia y exigen que se haga justicia no solo por Agustina, sino también por su bebé por nacer. No más impunidad Justicia para Agustina y su bebé