El funesto sospechoso, Pablo Damián Grottini, clama su inocencia y asegura que su vida ha estado marcada por una trágica fatalidad, pero la justicia lo juzgará a partir de este lunes en San Nicolás por un supuesto plan siniestro que habría orquestado para acabar con la vida de su hermano menor, su hija y su madre. El Tribunal Oral en lo Criminal N°1 será el encargado de esclarecer si este hombre de 44 años, devoto confeso de la fe católica, es en realidad un asesino serial.
La fiscal del caso, María Belén Baños, está convencida de que Grottini llevó a cabo un plan macabro para acabar con la vida de Germán Grottini 32, Ailén Grottini 10 y Teresita Di Martino 61, y así lo ha solicitado en la requisitoria de elevación a juicio. La audiencia preliminar determinó que habrá 85 testigos, la mayoría de ellos pertenecientes al personal de salud del Hospital San Felipe, donde dos de las presuntas víctimas perdieron la vida.
La historia de este caso es espeluznante y está plagada de misterio. Todo comenzó con la muerte de Teresita, la madre de Grottini, en el Hospital San Felipe. La mujer llegó al hospital descompuesta y acompañada de su hijo, quien informó que se sentía mareada y angustiada por la muerte de su otro hijo y su nieta, ocurridas tiempo atrás. Sin embargo, los médicos constataron que estaba recuperada y planeaban darle el alta. Pero, mientras Teresita permanecía en el box 3, Grottini llamó a la enfermería y reportó que el suero perdía. La enfermera de turno constató que el suero estaba pinchado y que Grottini tenía la ropa mojada. Poco después, la mujer murió y se determinó que el nuevo suero también estaba pinchado, con un solo orificio en la manguera, y se encontró una ampolla de diazepam abierta en el mismo box.
La sospecha se encendió aún más cuando se supo que Germán, el hermano de Grottini, había muerto en circunstancias similares en julio de 2019, y que algo similar había ocurrido en julio de 2021 con Ailén, su hija adoptiva. Los tres muertos habían llegado al hospital con náuseas, sueño y alteraciones cognitivas, y habían mostrado signos de recuperación antes de morir de forma repentina y sin explicación.
La fiscal Baños ha trabajado incansablemente en este caso, revisando horas y horas de grabaciones de las cámaras de seguridad de los hospitales y peritando el celular y las computadoras de Grottini. También se han realizado autopsias a los cuerpos de Teresita y Ailén, y se han encontrado pruebas sólidas que sugieren que las tres muertes fueron causadas por la inyección de aire en las venas.
La verdad comenzará a develarse este lunes en el juicio, donde se espera que se haga justicia y se esclarezca por completo este perturbador caso de asesinato en serie.