Dos agentes de policía, víctimas de una violenta protesta en Barcelona atribuida al colectivo Tsunami Democràtic, declaran que temieron por sus vidas y se consideran víctimas de terrorismo. La impactante escena tuvo lugar en la plaza de Urquinaona y Vía Laietana de Barcelona, después de la sentencia del procés independentista catalán.
Los agentes, ahora jubilados por las graves heridas sufridas, relataron una situación de violencia extrema por parte de grupos organizados que congregaron a entre 2.500 y 3.000 personas. Uno de los agentes, que vivía en Cataluña, pasó por un drama familiar al hacerse pública su imagen, ya que sus hijos padecieron acoso escolar y tuvieron que abandonar su hogar.
Los policías también declararon que los manifestantes estaban perfectamente informados sobre la ubicación de las unidades policiales y atacaban en el momento en que una unidad se quedaba sin material antidisturbios. Uno de los agentes sufrió una fractura abierta en el brazo por un adoquín lanzado desde un edificio, lo que le provocó una incapacidad permanente total y tuvo que someterse a dos intervenciones quirúrgicas.
Después de comparecer ante el juez, el agente declaró que tiene confianza plena en la Justicia y solo quiere que lo que padecieron tenga las repercusiones que tiene que tener. También señaló que la intervención en esa protesta fue la más dura de todas en las que participó como policía y calificó la situación como una auténtica salvajada.