
El control territorial del narcotráfico en México va mucho más allá del tráfico de drogas. En distintas regiones del país, grupos del crimen organizado han creado estructuras de poder paralelas, gestionando la vida social, económica y hasta política de comunidades completas. La presencia del narcotráfico no siempre es visible, pero su dominio es constante y silencioso. Este fenómeno complejo y arraigado se debe a múltiples factores entrelazados. A continuación, te presento cinco puntos clave para comprender este problema.
1. Orígenes del control territorial: décadas de abandono estatal y desigualdad estructural han creado regiones ideales para el crecimiento del crimen organizado, como el Triángulo Dorado Sinaloa, Durango y Chihuahua y Tierra Caliente Michoacán, Guerrero y Estado de México. Geografías montañosas, débil presencia gubernamental y marginación comunitaria han permitido que estas zonas pasen de ser corredores de drogas ilícitas a plazas estratégicas para el narcotráfico.
2. Expansión al sur: el narco comenzó a expandirse hacia el sur del país con una presencia discreta, pero pronto se convirtió en control directo, imponiendo reglas, cobros obligatorios y restringiendo la movilidad de los habitantes. La frontera entre Chiapas y Guatemala se ha convertido en un punto de disputa entre organizaciones criminales que buscan controlar mercancías, personas y servicios, afectando gravemente a la población local.
3. El miedo como herramienta de control: el narco utiliza el miedo como una técnica fundamental para controlar territorios en México, especialmente a través de la extorsión en la economía local, exigiendo pagos periódicos a comerciantes, transportistas y productores que obedecen por temor a represalias como secuestros, incendios o asesinatos.
4. La economía del miedo: las organizaciones criminales mantienen un flujo constante de ingresos mediante el cobro de piso. Negarse a pagar puede resultar en violencia extrema, como el cierre violento de negocios y amenazas a sus propietarios, consolidando así el control del narco mediante el terror.
5. Impactos en la salud mental: vivir en un entorno violento tiene un profundo efecto en la salud mental de las personas, pudiendo desencadenar trastornos como depresión, ansiedad y TEPT. Además, muchas personas experimentan problemas sociales, físicos y psicológicos que afectan su calidad de vida sin desarrollar un síndrome clínico completo.
Imagen de un operativo de seguridad en Frontera Comalapa | Secretaría de Seguridad del Pueblo
Revisa también:
* Del Triángulo Dorado a Tierra Caliente: estas son las plazas que el narco nunca soltó
* Una expansión silenciosa: cómo el narco se impuso al sur del país y provocó el desplazamiento
* RMV.,