
La violencia criminal en México, actualmente, se distingue por su extrema brutalidad, enfrentamientos fragmentados y la aparición constante de nuevos grupos armados. Decapitaciones, matanzas a gran escala, extorsión a civiles y ataques directos a autoridades son ahora parte del panorama criminal en el país. Este escenario no es producto de la noche a la mañana, sino que tiene sus raíces en eventos clave de la historia de México.
Uno de los hechos más importantes fue la producción de amapola y la consolidación del Cártel de Guadalajara. Sin embargo, el jalón más significativo en la historia del narcotráfico en México fue la irrupción de Los Zetas. Este grupo, originalmente, fue creado por el Cártel del Golfo CDG para reforzar su estructura operativa y competir con organizaciones rivales. Los primeros miembros de Los Zetas fueron exmilitares de élite entrenados en tácticas de combate, contrainsurgencia, inteligencia y manejo de armamento de alto poder. Tras la captura del líder del CDG, Osiel Cárdenas Guillén, en 2003, Los Zetas se independizaron, creando una estructura jerárquica y formando un método operativo brutal y psicológicamente impactante.
La aparición de Los Zetas no solo alteró las relaciones entre cárteles, sino que transformó la forma en que operaba el crimen organizado en México. Antes de Los Zetas, las organizaciones criminales mexicanas se concentraban en el tráfico de drogas y en mantener un perfil bajo. Sin embargo, Los Zetas rompieron esas reglas establecidas, adoptando tácticas militares y ejerciendo control territorial a través del terror. Sus operativos se volvieron tristemente famosos por su extrema violencia, incluyendo decapitaciones, desmembramientos y masacres.
Esta nueva forma de actuar no solo desató una espiral de violencia, sino que también llevó a otros grupos a adoptar tácticas similares. Además de su participación en el narcotráfico, Los Zetas se involucraron en secuestro, extorsión, cobro de piso, trata de personas, robo de combustible y control de rutas migrantes. Convirtieron al crimen en un negocio territorial, donde cualquier actividad podía ser explotada económicamente.
A lo largo de su expansión en México y Centroamérica, Los Zetas dejaron una estela de violencia y miedo. Algunos de los episodios más violentos que se les atribuyen incluyen la masacre de San Fernando en Tamaulipas, la quema del Casino Royale en Monterrey y ejecuciones públicas en Veracruz. Aunque la estructura de Los Zetas contenía las semillas de su propia fragmentación, su impacto sigue siendo notable, ya que muchas de las tácticas que introdujeron han sido adoptadas por otros grupos, como el Cártel Jalisco Nueva Generación.
En resumen, la historia del narcotráfico y el crimen organizado en México está llena de eventos clave que han contribuido a configurar el panorama actual. La producción de amapola, la consolidación del Cártel de Guadalajara y la irrupción de Los Zetas son algunos de los hechos más relevantes que han llevado a la actual situación de extrema violencia en el país.,