
El escenario del narcotráfico en México ha experimentado cambios significativos en las últimas décadas. Durante los años 80, el tráfico de drogas como el opio, la marihuana y la cocaína era controlado por unos cuantos capos y rutas limitadas. Sin embargo, cuatro décadas después, la situación es radicalmente diferente. Las principales organizaciones criminales se han fracturado, causando enfrentamientos más sanguinarios y expandiéndose más allá del tráfico de drogas para controlar territorios, extorsionar comunidades y reclutar a menores de edad como sicarios.
En publicaciones previas, MILENIO explicó los orígenes y evolución de las principales estructuras delictivas en México. Pero, qué ha cambiado realmente en las últimas décadas Los verdaderos cambios en el panorama del narcotráfico se presentaron en 2006, cuando el entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa declaró la guerra contra el narcotráfico. La ofensiva militarizada contra los cárteles resultó en una espiral de violencia sin precedentes.
Antes de 2006, pocos grupos criminales dominaban el panorama, como el Cártel de Sinaloa, el Cártel del Golfo o el de los Arellano Félix. Sin embargo, la ofensiva calderonista resultó en la fragmentación de los grandes cárteles en células más pequeñas, violentas y menos predecibles. Además, la captura o muerte de líderes criminales llevó a la aparición de decenas de organizaciones regionales involucradas en otras actividades ilícitas como el secuestro, la trata de personas y la extorsión.
Entre 2007 y 2011, los homicidios relacionados con el crimen organizado se triplicaron, pasando de ocho mil a más de 27 mil anuales. La búsqueda de expansión territorial y el cambio en el mercado de drogas en Estados Unidos son los principales factores que transformaron el negocio de drogas en México.
El Cártel Jalisco Nueva Generación CJNG es un ejemplo de expansión territorial, con presencia en las 32 entidades de la República en 2025, según la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos DEA. El CJNG ha estado asociado al 81 % de todos los homicidios por enfrentamientos entre cárteles desde 2013.
La transformación del consumo de drogas en Estados Unidos también ha influido en la violencia en México. El desplazamiento de las drogas de origen vegetal como la marihuana y la heroína por drogas sintéticas como la metanfetamina y el fentanilo ha llevado a un aumento en la violencia en México.
El tráfico ilegal de drogas y armas ha tenido efectos devastadores en ambos lados de la frontera. En México, ha intensificado el conflicto entre grupos criminales; en Estados Unidos, se ha vinculado con miles de muertes por sobredosis. La consecuencia ha sido un aumento en la tasa nacional de crímenes vinculados a la delincuencia organizada.
La tecnología también ha desempeñado un papel importante en el panorama actual del narcotráfico. Los cárteles han incorporado herramientas tecnológicas más rápidamente que muchas instituciones gubernamentales. Encriptación, criptomonedas, drones y redes sociales son recursos clave para el crimen organizado. Grupos criminales como el Cártel de Sinaloa o el CJNG reclutan jóvenes a través de TikTok o Facebook y operan grupos en Telegram o WhatsApp para coordinar movimientos logísticos y extorsiones.
En resumen, el panorama del narcotráfico en México ha cambiado significativamente en las últimas décadas, con una mayor fragmentación de los cárteles, expansión territorial, cambios en el mercado de drogas en Estados Unidos y la incorporación de tecnología en sus operaciones.,