
Se cuestiona la versión del procesado acusado de homicidio en Vigo, ya que su relato sobre el hallazgo de la sangre de la víctima en su ropa no coincide con la investigación policial. El agente a cargo del caso considera inviable que el acusado haya llegado a la casa después del suceso sin cruzarse con la víctima, dado que el herido recorrió el mismo camino que el sospechoso en un lapso de tiempo similar.
En el juicio desarrollado en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra en Vigo, el acusado declaró que llegó al domicilio después del incidente y encontró a otro okupa fuera, quien le informó del fallecido. No obstante, el policía considera improbable esta versión, ya que el trayecto del acusado y la víctima herida es el mismo. Además, las cámaras de seguridad de la zona corroboran esta teoría, ya que se ve al sospechoso a las 03:16 subiendo la calle Coruña en dirección a la casa okupa y a la víctima herida a las 03:24 caminando a 50 metros de la zona donde finalmente falleció.
El agente también ha señalado que el acusado presentaba sangre en la mano y en la ropa, y al ser preguntado por esto, manifestó que era de su compañero fallecido. Según el procesado, en el camino de regreso a casa desde la fiesta de Bouzas, la víctima se cayó y se hirió con los cristales de un botellín, manchándose en el proceso. Sin embargo, la policía no encontró rastro de vidrios rotos o del botellín en la zona que mencionó el acusado. Además, la víctima no presentaba heridas en la mano, lo que hace sospechar a los agentes sobre la veracidad de esta historia.
Tampoco se ha encontrado sangre en la ropa o en las manos del tercer okupa que vivía con ellos. Según los agentes, este hombre declaró que mientras dormía, escuchó una discusión entre dos personas y una de ellas dijo Me has clavado. Al salir, presuntamente vio al acusado, pero no a la víctima. Posteriormente, ambos comenzaron a buscar a la víctima y encontraron el cadáver a pocos metros. La policía encontró un cuchillo ensangrentado en una parcela cercana, lo que concuerda con el testimonio del tercer okupa.
El juicio continuará toda la semana, y la acusación pública solicita 20 años de prisión y una indemnización de 60.000 euros para el acusado. Los hechos ocurrieron el 17 de julio de 2023, cuando el acusado y la víctima regresaban juntos a casa después de las fiestas de Bouzas. Tras una discusión, la víctima fue apuñalada en cuatro ocasiones y falleció por un shock hipovolémico. La fiscalía cree que el acusado actuó con alevosía y planificación en el asesinato.,