El 4 de marzo, las autoridades de la Fiscalía General de la República FGR y de la Secretaría de Marina Semar descubrieron un taller clandestino de automóviles en la alcaldía Gustavo A. Madero, que resultó pertenecer a El Fabián, líder del grupo delictivo La Ronda 88, y a su hijo El Cachorro. Este taller estaba dedicado a blindar camionetas de forma artesanal para entregarlas al crimen organizado, autos que son conocidos como monstruos. A continuación, te contaremos sobre el origen e historia de estos vehículos y sus características particulares.
El valor de la casa de El Fabián, dueño del taller, era de 24 MILLONES de pesos. La semana pasada, las autoridades aseguraron el taller de El Fabián, líder de la Ronda 88.
Los automóviles tipo monstruos utilizados por los cárteles de la droga están blindados de manera artesanal con placas de acero de una o dos pulgadas y están equipados con armamento, utilizados para los enfrentamientos entre grupos delictivos. Estos vehículos suelen ser modificados a partir de automóviles pesados como tráilers, tractores, camiones estándar o camionetas tipo Super Duty, Ford Lobo, Ford F-150 o la Ford Raptor. También se utilizan vehículos todo terreno como la Chevrolet Tahoe y camiones de plataforma más grandes, remolques volquete o camiones de doble remolque con dos ruedas traseras a cada lado.
La existencia de estos vehículos se remonta a 2011, cuando el Ejército mexicano encontró por primera vez un vehículo blindado en Culiacán. Sin embargo, no fue hasta la década de 1990 que las organizaciones criminales comenzaron a reclutar ex miembros del Ejército mexicano, quienes conocían los tanques y armamentos de las fuerzas de defensa del país. Un ejemplo claro de esto fue el cártel de Los Zetas, que se conformó principalmente por ex militares del Ejército y que tenían la tarea de contrarrestar el narcotráfico.
El hecho de que las organizaciones criminales cuenten con ex integrantes de las unidades especializadas militares ha hecho que la violencia entre los cárteles aumente debido al tipo de armamento que saben manejar, pues al contar con fusiles de francotirador Barrett calibre .50, lanzacohetes, granadas y drones, los narcotanques han pasado de ser un trabajo artesanal a tener características propias de los vehículos del Ejército mexicano.
La localización de los monstruos por parte de las autoridades está ligada con las zonas en las que los grandes cárteles del narcotráfico dominan, como Michoacán, Jalisco, Sinaloa, Tamaulipas, la costa del Pacífico de México y en la frontera con Estados Unidos. Algunas de las organizaciones criminales más temidas de México, como el cártel de Jalisco Nueva Generación, están utilizando este tipo de vehículos en intensos enfrentamientos armados con la policía.
En la actualidad, los monstruos ya no son tan artesanales como en el pasado, ahora cuentan con blindajes muy parecidos a los de las empresas que se dedican a la balística. Estos vehículos pueden soportar impactos de proyectiles de calibre .50. La fabricación de estos vehículos puede tardar de 60 a 70 días y requiere del trabajo de cinco a seis personas, lo que significa una inversión de 117 mil dólares.
En resumen, los autos tipo monstruos son vehículos modificados con placas de acero de aproximadamente 10 centímetros que se soldan al chasis del auto para que los sicarios puedan detonar armamento pesado desde adentro. Estos vehículos suelen tener una pintura con patrones de camuflaje que dificulta verlos en algunas regiones del país. Por dentro, tienen asientos de metal en los que pueden entrar hasta 10 personas, además de botones y luces ostentosas en la cabina de mando, desde la que los criminales disparan sus rifles a través de escotillas similares a las de un tanque de guerra.,