La fiebre amarilla es una enfermedad viral aguda que se propaga por medio de mosquitos infectados en áreas tropicales de África y América Latina, y puede llegar a ser fatal si no se previene y controla adecuadamente. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud OMS, esta enfermedad se divide en dos etapas. La primera fase presenta síntomas como fiebre, dolores musculares, dolor de cabeza y náuseas. La segunda fase, que solo afecta a un pequeño porcentaje de los infectados, se caracteriza por ictericia, hemorragias y fallo orgánico, lo que puede resultar en consecuencias fatales.
Debido a que no existe tratamiento ni medicamentos antivirales, la prevención es la estrategia más eficaz contra la fiebre amarilla. Las medidas preventivas incluyen hidratación adecuada, alivio del dolor y la fiebre, y supervisión médica para evitar complicaciones graves en los casos avanzados. La OMS destaca la importancia de la vacunación, la cual ofrece inmunidad efectiva de por vida en más del 99% de las personas vacunadas.
En Colombia, como respuesta al reciente aumento de casos, el Ministerio de Salud y Protección Social ha establecido nuevas directrices para fortalecer la vigilancia epidemiológica y la respuesta frente a la fiebre amarilla, especialmente en ciertos departamentos y municipios situados por debajo de los 2.200 metros sobre el nivel del mar. Estas directrices consisten en campañas de control de vectores para disminuir la población de mosquitos y la concientización de la población sobre las medidas preventivas. Además, se ofrece vacunación gratuita a los residentes de estas áreas.
Las autoridades sanitarias aconsejan a todos los viajeros a zonas de riesgo que se vacunen y tomen precauciones contra los mosquitos, como el uso de repelentes y mosquiteros. Estas acciones son cruciales para prevenir la propagación de la enfermedad. La Dirección de Sanidad subraya la importancia de consultar a un médico en caso de presentar síntomas o acudir a un centro de salud cercano para recibir la vacuna.,