Un niña de ocho años, identificada como Aralí Vivas, fue asesinada en la localidad de Brinkmann, Córdoba, en un caso que ha conmocionado a la comunidad. La autopsia reveló que la niña murió por un traumatismo en la cabeza y presentaba signos de abuso sexual. Los investigadores sospechan que la mataron para ocultar la violación.
Hay tres personas detenidas en relación con el crimen. Uno de ellos es Matías Ezequiel Simeone, el padrastro de la víctima. El segundo sospechoso es Cristian Hernán Varela, amigo de Simeone, quien fue quien pronunció la frase que reveló el infierno que vivió Aralí antes de ser asesinada. Los dos hombres están encarcelados por homicidio simple. La madre de Aralí, Rocío Milagros Rauch, fue detenida más tarde y acusada de omisión de cuidados.
Según el fiscal a cargo de la investigación, Oscar Gieco, los forenses informaron que Aralí había sido víctima de abusos en repetidas ocasiones. Uno de los acusados admitió que era costumbre abusar de la niña. La fiscalía está considerando cambiar la acusación a homicidio criminis causa, lo que agravaría las penas de los acusados a prisión perpetua.
La niña y sus dos hermanos habían sido restituidos en agosto con su madre y su padrastro por la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia SENAF, a pesar de los problemas de adicciones y maltratos previos. Durante casi 14 horas, los hermanos de Aralí convivieron con su cuerpo después del asesinato.
La autopsia también reveló que no había monóxido de carbono en los pulmones de Aralí, lo que indica que no murió por el incendio de la casa, sino que fue asesinada antes de que esto ocurriera. La fiscalía está investigando si el incendio fue intencional y destinado a encubrir el crimen.,