El número 1026 Oriente del Centro de Monterrey, Nuevo León, fue el escenario de una de las tragedias más grandes en la historia del estado. Un supuesto asalto terminó en el asesinato de dos mujeres en el inmueble ubicado en la calle José Silvestre Aramberri. Hace poco, en 2024, la Casa de Aramberri reabrió sus puertas como un restaurante de hamburguesas con un toque de terror, lo que ha generado opiniones divididas en las redes sociales. A continuación, te contamos los hechos que ocurrieron en el edificio y cómo surgió la leyenda.
El 5 de abril de 1933, Delfino Montemayor, un trabajador de la Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, salió de su casa sin sospechar que su hija y esposa serían asesinadas ese mismo día. Cerca de las 6:00 horas, un grupo de al menos cinco presuntos ladrones entraron a la casa y asesinaron a las dos mujeres. Inicialmente, se creyó que el móvil del crimen fue un robo, ya que cuando Delfino regresó a su casa, faltaban objetos de la familia. Sin embargo, la cerradura no mostraba signos de haber sido forzada, lo que llevó a las autoridades a investigar más a fondo.
Después de una investigación exhaustiva, se descubrió que los responsables del asesinato fueron Fernando y Heliodoro Montemayor, sobrinos de Delfino, junto con otras tres personas identificadas como Gabriel Villarreal, Emeterio González y Pedro Ulloa. Se cree que los familiares sabían que Delfino guardaba dinero en su casa, lo que facilitó su acceso al inmueble. Los asesinos robaron un cofre con varias monedas de plata y oro que tenía guardadas el dueño de la casa.
La leyenda del perico
Según el informe del caso, las autoridades lograron seguir un rastro de sangre desde la Casa de Aramberri hasta una carnicería ubicada en el Centro de Monterrey, la cual pertenecía a Gabriel Villarreal, uno de los involucrados en el asesinato. En el lugar, los policías encontraron varias prendas con sangre y al presunto familiar de Antonia Lozano, quien confesó el crimen y delató al resto de sus cómplices.
Según la leyenda, en la Casa de Aramberri había un loro que presenció los asesinatos y se grabó el nombre de uno de los presuntos asesinos. Cuando las autoridades llegaron al lugar, el perico repetía: No me mates Gabriel, no me mates, lo que supuestamente llevó a la detención de los responsables. Sin embargo, en el informe del caso no se menciona nada sobre el animal, por lo que en teoría la detención se logró gracias al rastro de sangre que condujo a las autoridades hasta la carnicería.
La leyenda de la fuga
Después de que los cinco responsables del asesinato fueran detenidos y declarados culpables, las autoridades los trasladaron al municipio General Zuazua, Monterrey, para que fueran identificados por algunos testigos del caso. Sin embargo, de regreso al Centro de Monterrey, los presuntos asesinos lograron escapar, por lo que los policías les dispararon hasta matarlos. Según la leyenda, la ley fuga se les aplicó a los presuntos asesinos por órdenes de Don Delfino Montemayor.
Actualmente, la historia de la Casa de Aramberri es usada para asustar a los niños en Monterrey. Los hechos ocurridos el 5 de abril de 1933, dejaron como víctimas a Antonia Lozano, de 54 años de edad; y a su hija Florinda Montemayor, de casi 22 años. Algunos reportes periodísticos señalan que ese día a las víctimas no sólo las asesinaron, sino que también, antes de morir, fueron golpeadas y agredidas sexualmente por los sobrinos de Don Delfino y sus cómplices.
La Casa de Aramberri abrió recientemente sus puertas como museo y un restaurante temático de terror. Al interior del lugar, los comensales podrán encontrar objetos que guardan el misterio de la leyenda, como el vestido de una de las víctimas, el sillón original perteneciente a la sala de la familia Montemayor, libros del año 1800, muñecas de Florinda Montemayor y mucho más.,