La medianoche del 24 de diciembre de 1967 fue testigo de un acontecimiento inusual en el tranquilo pueblo de Soledad. Inocencio, un hombre conocido por todos, recorría desnudo las calles principales, provocando conmoción y escándalo entre los vecinos. Su desnudez y su carrera precipitada eran un espectáculo impactante en una noche tan fría. La gente, sorprendida y escandalizada, comenzó a murmurar y a criticarlo, llegando incluso a proponer su encarcelamiento.
Inocencio era un hombre soltero y sin hijos, que regentaba una tienda de bebidas alcohólicas. Era tímido y reservado, pero siempre cuidaba su apariencia personal, vistiendo con camisas claras y pantalones oscuros impecablemente planchados. Esa noche, sin embargo, se presentó en la plaza central, cubriendo sus partes intimas y huyendo de un hombre furioso que lo perseguía con un cuchillo.
Todo comenzó en su tienda, cuando un borracho habitual entró y comenzó a beber sin parar. Inocencio, en un gesto de generosidad, le ofreció dos dobles de aguardiente, y luego llamó a su hermano Ricardo para que lo acompañara. Después de atender a otros clientes, Inocencio se acercó a la mesa donde estaban el borracho y su hermano, y les dijo que tenía que salir urgentemente, dejándolos a cargo de la tienda.
Inocencio tenía prisa por llegar a la casa de Eda, una mujer que le había mirado con amor y dulzura. Se conocieron en una soleada mañana de abril y desde entonces no pudieron resistir la atracción que sentían el uno por el otro. A pesar de que ella estaba casada y tenía dos hijas pequeñas, decidieron no oponerse al destino y entregarse a su pasión.
Pero esa noche, Gentil, el borracho de la tienda, regresó antes de lo esperado y los descubrió en pleno acto amoroso. Inocencio, sin pensarlo, saltó por la ventana y huyó, desapareciendo para siempre del pueblo de Soledad.
María Victoria Bermúdez Lozano, una escritora nacida en Barranca, relata esta historia con detalle y sensibilidad. Su pasión por la escritura nació de la petición de su sobrina Andreíta, quien le pedía que le contara historias. Desde entonces, María Victoria ha dedicado su vida a la narración y a la escritura, participando en concursos y coautorizando el primer Heptamerón.
Los escritores interesados en participar en el espacio dominical de Cuento y poesía, pueden enviar sus trabajos al correo cuentopoesiaboyaca@gmail.com. La extensión máxima es de una cuartilla y se requiere una breve biografía del autor. Los criterios de selección incluyen creatividad, innovación temática, valor literario, redacción y aporte a la cultura regional. Todos los domingos serán de Cuento y poesía, porque siempre hay algo que contar.,