En una reciente comparecencia ante el Comité de Servicios Financieros del Congreso de los Estados Unidos, los cinco comisionados de la Comisión de Valores y Bolsa SEC se enfrentaron a una andanada de críticas y cuestionamientos. El presidente de la SEC, Gary Gensler, fue blanco de duras palabras por parte del congresista Tom Emmer, quien lo calificó como el presidente más destructivo y anárquico en la historia de la agencia reguladora.
Emmer basó su acusación en la supuesta mala gestión de Gensler sobre la industria de las criptomonedas en Estados Unidos, la cual el congresista tachó de regulación por acoso. Desde la asunción de Gensler en la SEC, Emmer afirma que se han implementado 55 normas relacionadas con las criptomonedas, pero lejos de facilitar el cumplimiento de las empresas del sector, estas regulaciones habrían sofocado su crecimiento.
Las críticas de Emmer se enmarcan en un contexto de creciente preocupación dentro del sector de las criptomonedas, donde muchos actores acusan a la SEC de crear un clima de incertidumbre que obstaculiza la innovación y la competitividad en un mercado global dinámico. Sin embargo, la representante demócrata Maxine Waters adoptó un enfoque más conciliador, destacando la necesidad urgente de avanzar en la legislación y buscar un gran acuerdo sobre las stablecoins y otros proyectos de ley pendientes antes de que finalice el actual ciclo legislativo.
El presidente del Comité de Servicios Financieros del Congreso, Patrick McHenry, también cuestionó a Gensler por la falta de claridad en las regulaciones y el uso de una terminología inconsistente que ha generado confusión en el sector. McHenry y otros miembros del comité expresaron su preocupación por la falta de claridad en la regulación de activos digitales y cuestionaron el uso de acciones de cumplimiento en lugar de ofrecer una guía clara a las empresas de criptomonedas y otros actores de la industria.
La SEC, por su parte, se defiende argumentando que utiliza la prueba Howey, un mecanismo que deriva del nombre de un caso judicial de 1946, para determinar si una transacción califica como un contrato de inversión. Sin embargo, la industria de Bitcoin y otras criptomonedas difieren de los planteamientos de la SEC y aseguran que la prueba Howey, una herramienta antigua propia de las finanzas tradicionales, no debería aplicarse al mundo de las criptomonedas.
En definitiva, la audiencia de hoy tiene como objetivo supervisar a la Comisión de Bolsa y Valores y es una oportunidad para que el Congreso y el pueblo estadounidense escuchen los diversos puntos de vista de la Comisión en pleno. La claridad regulatoria sigue siendo un tema pendiente y la industria de las criptomonedas espera una definición legal clara por parte del Congreso que facilite un marco regulatorio para los activos digitales.,