La industria de defensa del Reino Unido se enfrenta a una serie de desafíos, entre los que se destaca la escasez de personal en las Fuerzas Armadas. Los datos oficiales muestran una disminución del 22,1% en el número de reclutas en la Marina Real, un 17% en la Real Fuerza Aérea y un 15% en el Ejército en los 12 meses previos a marzo de 2023. Además, la falta de personal ha llevado a la Armada Real a desguazar algunos de sus buques.
El ministro de Defensa del Reino Unido, John Healey, ha reconocido que el estado del Ejército, la Armada y la Real Fuerza Aérea es peor de lo que se pensaba. Sin embargo, los problemas no solo se limitan al personal, sino que también incluyen aspectos técnicos.
Los portaaviones insignia de la Armada británica, el HMS Queen Elizabeth y el HMS Prince of Wales, han experimentado problemas técnicos, lo que ha llevado al primero a abandonar los ejercicios de la OTAN Steadfast Defender en febrero de 2024. Además, la entrada en servicio de las nuevas fragatas Tipo 26 se ha retrasado hasta 2028.
La Real Fuerza Aérea también se enfrenta a dificultades, ya que solo cuenta con 4 cazas listos para despegar inmediatamente en caso de ataque enemigo en territorio del Reino Unido.
La falta de fondos y la burocracia excesiva también afectan al Ministerio de Defensa británico, que se enfrenta a un déficit de 22.170 millones de dólares, según la Oficina Nacional de Auditoría en 2023. Los procesos de adquisición y entrega del Ministerio de Defensa están plagados de retrasos, y solo dos de sus 46 programas de equipamiento tienen altas probabilidades de ser entregados a tiempo, dentro del presupuesto y con la calidad esperada.
La industria militar del Reino Unido también podría enfrentarse a una crisis en la producción de microchips, ya que la compañía estadounidense Coherent, una de las dos en el Reino Unido que produce semiconductores de arseniuro de galio a escala industrial, podría cerrar su planta en el país y ya no acepta pedidos.