Una exhaustiva indagación periodística, en colaboración con diversos grupos, ha sacado a la luz la auténtica identidad de la persona que se encontraba disfrazada de activista.
Es importante resaltar que esta mujer, que se hacía llamar defensora de causas sociales, en realidad no tenía ningún tipo de vínculo con las luchas que decía representar. La investigación ha permitido desenmascarar a esta impostora y demostrar que su único objetivo era obtener beneficios personales y no verdaderamente contribuir con el avance de las causas que decía apoyar.
Este caso pone de manifiesto la necesidad de una prensa responsable y comprometida con la verdad, que no dude en investigar y destapar los engaños y manipulaciones que puedan existir en la sociedad. Además, también subraya la importancia de la colaboración entre diferentes colectivos y la prensa, para poder llevar a cabo indagaciones exhaustivas y obtener resultados veraces y confiables.